Agua de pipas en SLP cumple con protocolos de saneamiento, pero no es potable

María Ruiz

El agua distribuida por camiones cisterna y operadores afiliados a AMOTAC en San Luis Potosí cumple con protocolos básicos de saneamiento, pero no es apta para el consumo humano, advirtió Francisco Ávalos, coordinador de los piperos potosinos.

Aunque puede utilizarse para labores domésticas como lavar ropa, regar plantas o limpiar el hogar, debe evitarse su ingestión directa.

La advertencia surge tras la reciente presentación de la Agenda del Agua por parte de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí (UASLP), en la que se expuso la presencia de contaminantes químicos y biológicos en el agua proveniente de la red pública y de pozos, incluyendo niveles elevados de flúor.

“Nosotros siempre informamos que el agua que llevamos no es potable. Proviene de pozos profundos, pero aun así, tiene elementos que la hacen no apta para beber”, señaló Ávalos.

Aunque la crisis hídrica del año pasado fue severa cuando varias presas vieron disminuidos sus niveles de agua, Ávalos afirma que la situación actual, aunque complicada, no es crítica. Las acciones emprendidas en 2024, como la limpieza de pozos azolvados y la perforación de nuevos, han mitigado el impacto.

No obstante, el estiaje y el calor han generado fallas en subestaciones y sobrecargas en equipos de bombeo.

“Estamos en problemas, no en crisis. Hay dificultades por la temporada, pero la infraestructura instalada está funcionando”, dijo.

Las zonas del sureste de la zona metropolitana, afectadas recurrentemente por fallas en el acueducto de El Realito, son las que más demandan el servicio de pipas. El centro de la capital también enfrenta carencias debido a una red hídrica obsoleta, con pérdidas de hasta el 50 por ciento del agua por fugas.

“Se necesita un programa de renovación de tuberías. Son inversiones que no se ven, pero se sienten”, puntualizó.

Actualmente, más de 300 pipas operan en el estado; cada una realiza entre seis y ocho viajes diarios, lo que representa jornadas de hasta 16 horas. A pesar de la elevada demanda, los operadores no han reportado agresiones ni conflictos durante sus recorridos.

Ávalos insistió en la importancia de la coordinación entre autoridades federales, estatales, municipales y la ciudadanía para enfrentar los retos hídricos que vive el estado.

Asimismo, llamó a la conciencia sobre el uso racional del agua y el acceso a fuentes certificadas de agua potable.

“No es que el agua que llevamos esté contaminada sin control, pero tampoco está lista para beber. Hay que saberlo y actuar en consecuencia”, concluyó.

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