Estela Ambriz Delgado
Si bien el manejo intensivo de animales, por medio de las Unidades de Manejo de la Vida Silvestre (UMA), se contempla bajo condiciones de encierro, también es necesario que las especies cuenten con un espacio suficientemente amplio, y las condiciones que les permitan replicar algunos comportamientos naturales, a la vez que se debe garantizar la seguridad de los visitantes, lo que no se observa en la ubicada en el interior del Parque Tangamanga I.
La UMA ubicada en el Tangamanga I de la capital potosina, opera en la categoría de manejo de flora y fauna silvestre intensivo, en la que de acuerdo con la Ley General de Vida Silvestre (LGVS), se promueve la reproducción de especies nativas mediante manipulación directa y manejo especializado, bajo condiciones de estricto confinamiento o encierro. Además existe el manejo en vida libre, con técnicas de conservación y manejo del hábitat, monitoreo de poblaciones y reproducción de especies.
Aunque el Tangamanga I es un parque con una superficie de entre 411 y 420 hectáreas, el espacio destinado a la UMA y a cada una de las especies animales que habitan es muy reducido, especialmente para especímenes grandes como las panteras, jaguares y leones.
En una visita al sitio, realizada en compañía de la Médica Veterinaria Zootecnista, Angélica Gálvez Quiñones, se pudo observar que además de los espacios reducidos, estos carecen de sombra, pues los techos que cubren sus jaulas son raquíticos, con algunas ramas secas y lonas muy desgastadas, por lo que no tienen donde resguardarse del sol. Además de que no cuentan con juguetes o pelotas, que estimulen su comportamiento animal.

Aunque el espacio del león es mucho más amplio en relación a los demás y aparentemente es apto para este, tampoco se observa que haya una sombra en donde puedan resguardarse del sol, pues como explica la veterinaria, aunque necesitan de la vitamina D, también requieren un lugar en donde protegerse.
Los espacios donde están algunas aves también se observan descuidados y con pocas perchas, por lo que estas se paran en la reja de las jaulas, y al igual que el resto carecen de juguetes.
También es evidente que falta señalética informativa para los visitantes, pues la que hay está muy deteriorada, tanto de los nombres y descripción de las especies, como algunas advertencias, por ejemplo, la de no gritar en donde se encuentran las aves rapaces, ya que son muy sensibles.
La médica advirtió que en caso de que se pretenda continuar con la reproducción de jaguares para la conservación de la especie, como la acontecida en el año 2022 cuando nacieron 3 crías de jaguar, las instalaciones deberían de contar con el espacio ideal para ello, un área de maternidad y de parto, para que este pueda ser controlado.
Explicó que la gestación es un proceso muy estresante, y si no tienen el espacio donde esconderse y anidar, sería un proceso riesgoso tanto para la cría, ya que puede darse un aborto o que la madre se lo trague, al estar expuesta a un alto grado de estrés.
Por otra parte indicó que los animales, especialmente los felinos, necesitan una dieta amplia y diversa, en la que se alternen proteínas como conejo, pollo, res, caballo, vísceras, además de que necesitan pelo y plumas como fibra, y huesos para mantener en buen estado su dentadura.
Aunque son carnívoros estrictos, no pueden comer sólo carne, ya son susceptibles a padecer de falta de vitamina A y tiamina, y otras enfermedades y deficiencias nutricionales. Además puntualizó que deben ser alimentados en momentos que no sean horario de visita, pues en el caso de los leones, estos acostumbran comer durante la noche.
Descuido del espacio y falta de seguridad
Al término del recorrido Gálvez Quiñones expresó que, se observa un deterioro en muchas de las jaulas, además de que el espacio es insuficiente, y falta mucha información que debería ser accesible para todos.
“Se nota que el descuido es de años porque, yo vine hace unos 3 años y son las mismas condiciones que en las que estaba, no ha habido una mejora. Las palmas están secas, los animales no tienen un buen resguardo. Yo creo que las únicas que están más cómodas son las avestruces”.
Aunque como lo menciona la veterinaria, los avestruces se encuentran en un área amplia, el sitio está descuidado en cuanto a poda de yerbas y el mantenimiento de rejas de seguridad, pues en una parte se nulifica el distanciamiento que debiera haber entre una y otra.
En este sentido subrayó, siempre debe haber un distanciamiento adecuado para respetar a los animales, pues finalmente las personas los importunan e irrumpen su paz, ya que por más acostumbrados que estén a las personas, no pierden sus comportamientos animales, como la necesidad de esconderse, o que de un día para otro van a estar de malas y pueden ser agresivos, además de que durante las temporadas de reproducción son susceptibles a la agresividad.
En el caso del espacio en donde se encuentra el león, señaló que falta mayor seguridad para las personas, pues al menos debe de haber dos cercas y sólo está la de la jaula, además de que se encuentra muy próxima a la entrada.
Durante la visita a la UMA con la médico, se suscitó el acercamiento de unas personas al recinto del león, que en ese momento fue pasado a otra área aledaña al espacio en que habitualmente está, ya que trabajadores ingresaron para limpiar.
Las personas pudieron ingresar al área ya que iban acompañados por encargados de la UMA, por lo que interactuaron con el león separados solamente por una reja, y aunque el comportamiento del animal fue amistoso, mostrando estar familiarizado con los humanos, la veterinaria consideró que el acercamiento fue demasiado confiado y peligroso.
Además en ese momento se observó también, un descuido de parte de uno de los trabajadores, quien al momento de cerrar la reja que comunicaba el área en donde se encontraba el león, hacia donde se encontraban limpiando los trabajadores, esta no quedó cerrada por completo, porque una pala que quedó atravesada lo impedía.

Control de plagas
Por otra parte, Gálvez Quiñones mencionó que llama la atención la cantidad de ardillas y conejos que se observan en el lugar, pues resulta prácticamente imposible controlar estas poblaciones, por lo que es necesario se cuente con un control de roedores y plagas, ya que, en el caso de estas últimas, transmiten enfermedades parasitarias como leptospirosis.
“Hace un rato que vimos conejos corriendo de un lado a otro, aunque se ven bonitos en libertad, así no es posible tener un control real y prevenir enfermedades, ¿cuál es la medicina preventiva que están manejando? ¿Tienen desparasitaciones periódicas?”
Explicó que estos especímenes son animales que transitan por todo el parque, incluyendo la zona de perros, de los cuales no todos se encuentran saludables, y aunque no transmitan rabia, si pueden traer pulgas, que a su vez tienen sus parásitos.
Además de que también hay personas que abandonan patos en el lugar, sumado al hecho de que es una zona importante de aves migratorias, lo que hace aun más necesario el control de enfermedades.
En este sentido precisó que las aves migratorias son uno de los principales grupos de contagio de la gripe aviar, razón por la cual la producción de gallinas en granja se realiza en sitios aislados que evitan la entrada de otras aves. En esta UMA, al contar con aves rapaces, pericos, guacamayas, entre otros, necesariamente requiere tener un estricto control.
Falta de espacio y enriquecimiento ambiental
Al respecto del estado en que se observan las instalaciones y los animales, la bióloga Rocío Viridiana Ruiz, consideró que principalmente salta a la vista, la falta de enriquecimiento ambiental en varios recintos, como lugares para afilar las garras, más lugares en donde trepar, y otras cosas para que puedan replicar algunos comportamientos naturales.
Igualmente hizo mención del tamaño del recinto para los grandes felinos, como jaguares, panteras, pumas, para los que resulta insuficiente. Explicó que en la naturaleza, los territorios de los jaguares abarcan varios kilómetros, por lo que a pesar de que en cautiverio no se les puede ofrecer eso, al menos deberían contar con un espacio como en el que se encuentra el león.
Adicionalmente la bióloga indicó que el hecho de que algunos de estos animales presenten estereotipia, es decir, comportamientos repetitivos como dar vueltas, balancearse de un lado a otro, son un signo de estrés y frustración, al no poder realizar sus comportamientos naturales. Esto pudo observarse en algunos de los felinos durante las visitas de inspección.
Rocío Ruiz hizo mención de que en casos más severos, estos comportamientos pueden llegan a las autolesiones, que en el caso de aves en cautiverio se arrancan las plumas, u otras especies se lamen o muerden las patas en exceso.
“Esto se conoce como estereotipia, es un signo de estrés, frustración, o que el animal no puede realizar comportamientos naturales (…) posiblemente los animales están estresados o frustrados por el espacio y la falta de enriquecimiento”.

Además la bióloga hizo una comparativa de los recintos en este UMA, con el zoológico Tamatán de Ciudad Victoria, Tamaulipas, que tiene espacios grandes y adaptados a cada especie, del cual mostró fotografías en las que se observa el área donde se encuentra un tigre, que es de una extensión considerablemente más amplia inclusive que la del león en el UMA del Parque Tangamanga 1, el recinto más grande de esta.
“Se entiende que no tengan el espacio o el recurso, porque al final es una UMA de un parque, pero si sería conveniente que intentaran implementar mejores recintos, para el bienestar de todos los animales”.
De acuerdo al artículo 12, de la Ley Estatal para la Protección de los animales, el cautiverio deberá ser en áreas adecuadas en donde vivan cómodamente, en un ambiente con temperaturas parecidas al hábitat natural de cada especie; y de estar en zoológicos, deberán los responsables solicitar autorización y cumplir los requisitos que la ley sanitaria y ambiental determine.
Los requerimientos una UMA
Las Unidades de Manejo para la Conservación de Vida Silvestre, son predios e instalaciones registrados ante la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), que operan de conformidad con un plan de manejo aprobado, y dentro de los cuales se da seguimiento permanente al estado del hábitat y de poblaciones o ejemplares que ahí se distribuyen.
De acuerdo con la LGVS, la herramienta clave para el funcionamiento de la UMA, es el “Plan de Manejo”, un documento técnico operativo de las UMA sujeto a aprobación de la Secretaría, que describe y programa actividades para el manejo de especies silvestres particulares y sus hábitats y establece metas e indicadores de éxito en función del hábitat y las poblaciones, el cual es elaborado por un especialista acreditado.
Este plan es necesario para el manejo en cada unidad, a fin de que se permita obtener los beneficios derivados de las actividades productivas y garantice la viabilidad de las poblaciones de cada especie que ahí se distribuye.
Para que el Plan de Manejo sea aprobado y autorizado, debe garantizar la conservación de los ecosistemas, sus elementos y la viabilidad así como la permanencia de las poblaciones de especies existentes dentro del predio en que se realizará el aprovechamiento, con especial énfasis en aquellas que serán sujetas a algún tipo de aprovechamiento.
El cumplimiento de las especificaciones técnicas establecidas en cada Plan de Manejo y el seguimiento constante, por parte del propietario responsable y de las autoridades normativas, garantiza su éxito y adecuada operación. Los propietarios son los responsables de realizar las diversas actividades de manejo, de darles seguimiento permanente, de aplicar tareas de vigilancia y de solicitar la autorización del aprovechamiento para captura, extracción o colecta.
En el artículo 40 de la LGVS se establece que, el plan de manejo debe de contener objetivos específicos; metas a corto, mediano y largo plazos, e indicadores de éxito; información biológica de la o las especies sujetas a plan de manejo; la descripción física y biológica del área y su infraestructura.
De igual forma debe contener los métodos de muestreo; el calendario de actividades; medidas de manejo del hábitat, poblaciones y ejemplares; las medidas de contingencia; los mecanismos de vigilancia; en su caso, los medios y formas de aprovechamiento y el sistema de marca para identificar los ejemplares, partes y derivados que sean aprovechados de manera sustentable.
En el caso de la UMA en los Centros Parque Tangamanga I y II, de acuerdo al oficio CECURT/DG/JUR/1099/2025, en respuesta a la solicitud de información 240467625000012, esta se encuentra registrada ante SEMARNAT y cuenta con los Planes de Manejo correspondientes a cada espacie que se encuentra bajo el resguardo de esta.
No obstante, se precisó que, al 17 de septiembre de 2025, cuando se dio respuesta a la solicitud, dichos planes están en proceso de aprobación por parte de la Dirección General de Vida Silvestre de la SEMARNAT.