María Ruiz
El reciente aumento en la demanda de apoyo para familiares cuidadores en el municipio de Ciudad Valles es un reflejo de las complejas realidades que enfrentan quienes dedican su tiempo y esfuerzo al cuidado de pacientes, en donde se han contabilizado al menos 81 personas que realizan esta dedicada labor.
Sin embargo, al analizar el panorama, surgen cuestiones críticas que merecen atención, como los desafíos sociales y culturales, así lo señaló la presidenta del colectivo “Cuidadoras Potosinas”, Mariana Hernández Noriega.
Refirió que la mayoría de las cuidadoras son mujeres, un contexto que no es sorprendente, dado que las expectativas de género a menudo imponen a las mujeres la responsabilidad de cuidar a los enfermos y vulnerables.
Sin embargo, esta situación también revela la falta de apoyos y oportunidades laborales para estas mujeres, pues la carencia de trabajos y la ausencia de redes de apoyo adecuadas contribuyen a la sobrecarga que enfrentan.
Aunque Hernández Noriega menciona que también se han detectado hombres cuidadores, existe un fenómeno particular en la zona Huasteca, en donde los estigmas arraigados en las comunidades, la fragilidad de la masculinidad y el machismo dificultan que estos reconozcan su labor como cuidadores.
“Es fundamental desafiar estos prejuicios y reconocer que el cuidado no tiene género. Los hombres que realizan esta importante labor merecen visibilidad y apoyo, igual que sus contrapartes femeninas”.
En este sentido, la activista subrayó que la persistencia de roles de género tradicionales contribuye a la sobrecarga de trabajo.
“Las mujeres siguen siendo las principales protagonistas en esta actividad, no solo por elección, sino también por imposición cultural. La enseñanza de que las mujeres deben asumir estas responsabilidades perpetúa la desigualdad y la falta de reconocimiento”.
Por último, quienes integran este colectivo informaron que la creciente demanda de cuidadoras en Ciudad Valles es un llamado de atención para abordar las desigualdades de género, proporcionar apoyos adecuados y reconocer la importancia vital de quienes dedican su tiempo y energía al cuidado de los demás.
“Es hora de valorar y apoyar a todas las personas que realizan esta labor esencial en nuestra sociedad”.