Por Victoriano Martínez
Lo volvieron a hacer: los empresarios de grupo Valoran, a través de la empresa Infraestructura Potosina de Carreteras presentaron a la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT) una Manifestación de Impacto Ambiental que prevé 46 impactos negativos en un territorio que ni les pertenece ni tienen la autorización de sus dueños para utilizar.
Durante el mes de abril, la empresa concesionaria del proyecto carretero de cuota Entronque 75 D-Matehuala entró a territorio ejidal, específicamente en La Tapona, para realizar trabajos de exploración y desmonte sin autorización de los ejidatarios.
Aquella invasión a propiedad ajena con los daños ecológicos en que incurrieron provocó que en una asamblea ejidal posterior los ejidatarios se negaron a vender sus terrenos para esa obra.
Una invasión con la que el Grupo Valoran mostró el poco respeto que tiene por la propiedad social y la forma en que actúa como si pudiera disponer libremente de cualquier terreno que le sea útil a sus proyectos.
Todavía no obtenía la aprobación de la asamblea ejidal, ni siquiera una constancia de liberación para la ocupación previa o algún compromiso de compraventa sobre los terrenos, y ya los había comenzado a utilizar.
Peor aún. Por tratarse de una acción que traería afectaciones y consecuencias con relación a las especies de cactáceas que se encuentran en el Área Natural Protegida (ANP) Reserva Estatal Real de Guadalcázar, esos trabajos requerían el visto bueno de la SEMARNAT… y al realizarlos sin autorización, tendrían que haber sido sancionados por la PROFEPA.
Tanto ha procedido al revés la empresa Infraestructura Potosina de Carreteras que apenas este 11 de junio presentó ante la SEMARNAT su solicitud de aprobación sobre una Manifestación de Impacto Ambiental para el tramo carretero que cruzará por los municipios de Villa Hidalgo, Guadalcázar, Villa de Guadalupe y Matehuala.
Son públicos el rechazo a la venta de sus tierras para el proyecto por pate de las asambleas ejidales de El Peyote y La Tapona, y la forma en que los ejidatarios de Peotillos y San Lorenzo se mantienen a la expectativa para cuando se trate en sus respectivas asambleas la misma oferta.
¿Con la autorización previa para la ocupación del territorio de cuántos ejidos a lo largo de los cuatro municipios que atravesará la carretera contará la empresa para haber podido realizar la Manifestación de Impacto Ambiental que presentó ante la SEMARNAT?
Al menos de cuatro hay certeza de que no, en tanto que de dos ha sido público el rechazo al proyecto ante la forma abusiva con la que pretenden despojarlos de su territorio, al pretender comprarles a 40 pesos el metro cuadrado sin ninguna garantía de protección y preservación del medio ambiente.
“Por eso les sale tan barato, lo hacen rápido y les queda tan bonito, porque pasan por encima de las comunidades, aprovechando la falta de información, preparación y asesoría (…) tienen hasta un estilo muy marcado para convencer y envolver a la gente, y el aprovecharse de las pugnas internas por la representación, siembran veneno para dividirlos”, advirtieron los Guardianes de la Sierra en una reunión de ejidatarios de El Peyote con la Procuraduría Agraria.
Este viernes 13 de junio, en la página 3B del periódico Pulso se publicó una síntesis de la Manifestación de Impacto Ambiental sobre la autopista Entronque 75D-Matehuala como parte del procedimiento de consulta para la revisión del documento, previa a su trámite de autorización o no.
Entre los datos que destacan se encuentra el hecho de que la empresa pretende apropiarse de 877.91 hectáreas a lo largo del proyecto, sin que se tenga la certeza de contar con las autorizaciones de todos los ejidos por los que atravesará.
En el caso de los Ejidos de El Peyote y La Tapona es un hecho que no solo no cuentan con la autorización de ocupación previa, sino que hay un abierto rechazo a aportar sus tierras.
A partir de este viernes se abrió la consulta para la revisión previa a la posible o no aprobación de la Manifestación de Impacto Ambiental, lo que hace prever que en los próximos días –cuando menos de El Peyote y La Tapona– comiencen a controvertir su contenido.
Si la primera falla es no contar con la liberación de la ocupación previa, los más seguro es que entre las 46 afectaciones ambientales que mencionan y las 10 medidas para “prevenirlos, mitigarlos y compensarlos”, entre otras partes del contenido del documento, los ejidatarios, sus asesores y los Guardianes de la Sierra encuentren más inconsistencias.
Una exhibición más, pues, sobre la forma en que la empresa del Grupo Valoran asume como propio cualquier territorio que le sea útil con un método de primero depredo, despojo y paso por encima de la ley… y después buscamos que todo se ajuste a nuestros intereses.
