Autorización para autopista SLP-Matehuala puede caerse por presencia de peyote en el sitio

Foto: Estela Ambriz Delgado

Estela Ambriz Delgado

Guardianes de la Sierra de San Miguelito considera que la autorización del Manifiesto de Impacto Ambiental (MIA) para el proyecto carretero de cuota Entronque 75D Matehuala, puede derrumbarse por la imposibilidad de remover miles de peyotes ubicados en el trazo y la invasión de parte del Área Natural Protegida (ANP) Reserva Estatal Real de Guadalcázar.

El colectivo señaló que la empresa Infraestructura Potosina de Carreteras pretende remover ejemplares de peyote, falseando información desde su solicitud de MIA. Esta especie se encuentra sujeta a protección especial por la NOM-059-SEMARNAT-2010, e inclusive cuenta con un proyecto para declararla en peligro de extinción, PROY-NOM-059-SEMARNAT 2025.

Indicaron que durante la asamblea del ejido El Peyote del pasado 25 de octubre, en la que se aprobó la ocupación temporal de 37.5 hectáreas para el proyecto, la abogada Ayde Esparza dijo que tienen un Estudio Técnico Justificativo que incluye el tema de la remoción de plantas para reubicarlas en algún lugar que la empresa tiene listo, entre las que contemplan peyotes.

De acuerdo con la solicitud del MIA, se enuncia la variedad de especie Lophophora diffusa, con 673 individuos, y 5 mil 370 de Lophophora williamsii, que se afirma deben ser todas rescatadas. Sin embargo, en el caso de la segunda especie se indica que su nombre común es Bacánoc (Tarahumara), cuando comúnmente se le llama peyote, la cual es inexistente en el peyote o hikury.

“La realidad es que son decenas de miles de peyotes, pero esto será borrado por las brigadas ‘ecológicas’ de los constructores”.

El trámite de la solicitud ante la Dirección General de Riesgo e Impacto Ambiental (DGIRA), de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), se encuentra suspendido desde el 29 de agosto por deficiencias graves que se prevé no serán resueltas.

Guardianes de la Sierra estima que la empresa miente para desviar la atención de la obligación de respetar el peyote, y lo hace pues porque aparece en el Programa de Manejo del ANP Reserva Estatal Real de Guadalcázar, estableciendo la existencia de la planta en la región.

En México está prohibido su cultivo y comercio; el peyote sólo puede ser colectado y consumido por personas indígenas que la han usado tradicionalmente en ceremonias religiosas. Actualmente es considerada una especie Vulnerable (Vu) en la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) y se encuentra en el apéndice II de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES).

Otras especies incluidas en la NOM, que se detecta han sido eliminadas de la solicitud del MIA son Ariocarpus bravoanus, Ariocarpus hintonii, Ariocarpus kotschoubeyanus, Astrophytum myriostigma, Coryphantha pulleineana, Cumarinia odorata, Dasylirion parryanum, Dasylirion palaciosii, Leuchtenbergia principis, Mammillaria crinita, Mammillaria compressa, Mammillaria decipiens, Mammillaria pilispina, Manfreda potosina, Sedum calcicola, Sedum gypsophyllum, Thelocactus conothelos, Thelocactus tulensis, Turbinicarpus schmiedickeanus klinkerianus, Zinnia citrea, entre otras.

Ejido el Peyote sigue en la lucha

A pesar de que la mayoría de los ejidos involucrados al trazo terminaron por aceptar el trato, lo cierto es que algunos ejidatarios inconformes de El Peyote han invocado una estrategia de defensa ambiental del territorio y solicitan a la Semarnat un informe sobre el tema del manejo del hikury en sus ejidos.

El colectivo subrayó que cualquier actividad de replantación con fines de conservación, investigación o, en casos muy específicos, aprovechamiento regulado, debe ser gestionada y autorizada por la Semarnat a través de su representación estatal; seguir un plan de manejo riguroso y cumplir con la legislación ambiental y de salud aplicable, cuestión que en ningún momento los promoventes del trazo carretero han presentado.

Por otra parte, la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) se encarga de la inspección y sanción del tráfico y posesión ilegal.

Los ejidatarios en resistencia señalaron que defenderán a El Peyote del despojo de 37.5 hectáreas, pues en su momento plantearon un proyecto ambiental integral que viera por las miles de especies que serán sustraídas de su hábitat, por lo que la DGIRA tiene que actuar con congruencia y apego a la ley.

“Si no lo hace, pues quedaren entredicho el compromiso con la legalidad el medio ambiente que a planteado la Presidenta Claudia Sheinbaum”.

Los ejidatarios también destacaron que el nombre de El Peyote fue tomado precisamente por la gran cantidad de la cactácea en la región, por lo que además de ser un recurso natural de la región y planta sagrada para el pueblo Wirrárika, es también parte de su identidad, por lo que continuarán en la defensa tanto de este como de sus tierras.