Big Brother o la videovigilancia como “show” propagandístico

Por Victoriano Martínez

Sin duda, afirmar que se creará “el Big Brother de toda la ciudad capital y de todas las cuatro zonas del estado” con la instalación de mil cámaras de videovigilancia busca impresionar, pero si se considera el anuncio en su justa dimensión o el gobernador Ricardo Gallardo Cardona se impresiona con muy poco o cree muy ingenuos a los potosinos.

Para empezar, la medida está muy lejos de ser un sistema que será “único en todo el centro del país”, como aseguró Gallardo Cardona, pues en realidad lo que muestra es que San Luis Potosí llega tarde al uso de esa tecnología, según reporta el Censo Nacional de Seguridad Pública Estatal (CNSPE) 2024 elaborado por el INEGI.

Para el 31 de diciembre de 2023, San Luis Potosí aparece en el apartado sobre el número de cámaras con que se cuentan con una “NA”, que significa que “no aplica, debido a que se reportó no contar con el tipo de cámara de vigilancia en la vía pública”. Es decir, el Estado reportó no contar con cámaras, igual que Campeche y Tamaulipas.

Eso coloca a San Luis Potosí por atrás de 27 estados que sí reportaron con cuántas cámaras contaban, o sea que cualquiera tiene más cámaras que aquí, y convierte el anuncio de Gallardo Cardona en una intención de tratar de ponerse al día en esa tecnología, muy lejos de ser un innovador y mucho más de establecer un sistema único.

Incluso con las mil cámaras que anunció que se instalarán, quedará muy por debajo del número con que cuentan estados vecinos como Guanajuato, con 3 mil 533 cámaras, y Querétaro, con mil 923.

Calificar el sistema de cámaras de videovigilancia como “el Big Brother de toda la ciudad capital y de todas las cuatro zonas del estado” habla más de la idea que tiene Gallardo Cardona sobre las dimensiones del territorio potosino.

Tendrá que explicar cómo logrará tener bajo observación con mil cámaras de videovigilancia a los 2 millones 822 mil 255 habitantes que el INEGI reporta que habitan en los 60 mil 546.79 kilómetros cuadrados.

“Entran 35 arcos con reconocimiento facial, que vamos a poder estar reconociendo delincuentes cuando pasen por los arcos y darles un seguimiento hasta donde llegan con las cámaras”, aseguró como si con ello confirmara el nivel de detalle que logrará su sistema de video vigilancia.

¿Cómo va a distribuir esos arcos de reconocimiento facial en cuando menos 13 mil 285 kilómetros de carreteras y caminos rurales que se tenían registrados hasta antes de terminar el sexenio pasado?

Gallardo Cardona aseguró que su sistema de videovigilancia “va a ayudar mucho a prevenir” los delitos y, en consecuencia, contribuirá a reducir la incidencia delictiva.

En lo que lleva al frente del gobierno del Estado, han ocurrido en el estado un promedio de 4 mil 874 delitos cada mes.

Ante la extensión territorial y el número de habitantes en el Estado, para que cada cámara detecte y pueda prevenir cuando menos cinco delitos al mes tendrían que tener una ubicación itinerante y conforme a patrones estadísticos muy precisos en cuanto a probabilidades de ocurrencia de los siguientes delitos.

Si Gallardo Cardona cuenta con tal nivel de detalle estadístico sobre la comisión de delitos, ¿no sería más efectivo para bajar la incidencia delictiva que difundiera esos datos con tanta o más insistencia que su propaganda, y advirtiera a la población sobre la ubicación de los sitios y los horarios de mayor riesgo, para que evitara esos riesgos?

Exagerar con la conversión del Estado en un Big Brother con mil cámaras tiene más un afán propagandístico tras el que se trata de disimular un dato que, sin reconocerlo, está presente: la incidencia delictiva, lejos de disminuir, durante su gestión se ha mantenido con una tendencia al alza.