CAJA NEGRA

El gobernador electo le dora la píldora a los panistas y éstos, felices

 

Es sabido que de un tiempo para acá, en el Partido Acción Nacional se conforman con migajas. Es la idiosincrasia en la que se han formado los cuadros del Círculo Azul. No importa perder siempre y cuando no quedes desamparado.

 

Con el Círculo Azul, el PAN perdió parte de su esencia y mutó en mera franquicia político-electoral. Sin escrúpulos, han llevado al partido a los sótanos de la degradación y se placen en tener un pequeño coto de poder por aquí y otro por allá.

 

Ya saben, alguna diputación, alguna regiduría, alguna dirigencia municipal, el manejo del partido en el estado, cosas de esas, como para sobrellevar la vida, como para aparecer de vez en cuando como “una oposición responsable”.

 

Desde que Sonia Mendoza resultó electa candidata a gobernador del estado, se anticipaba que perdería y que el partido lo reconocería a cambio de pequeñas cuotas políticas y alguna sobada de lomo.

 

Y así fue, Mendoza Díaz perdió con más de treinta mil votos y obtuvo menos votos que cualquier otro candidato del PAN a gobernador, incluso, logró menos votos que el senador Octavio Pedroza. Se sabía que perdería pero no ella, sino el partido como institución.

 

El Círculo Azul sigue ahí, sin asomo de pena con el control de un partido derrotado y tan alicaído que a poco menos que nadie le importa lo que pase en su interior. Así le gustan las cosas al Círculo Azul: perder elecciones pero mantenerse dentro del presupuesto público.

 

Ahí los tiene usted, amable lector, a los panistas, a su ex candidata, a su dirigente estatal, a sus diputados y alcaldes electos sentados junto al gobernador electo, Juan Manuel Carreras López. Sonrientes o diríase, extasiados, los panistas están disfrutando el momento tras una reunión con su gobernador.

 

Sentada con todo y su derrota junto a Carreras, Mendoza sonríe para la fotografía y todos los panistas que los acompañan también. Están en su papel de “oposición responsable”.

 

Como son las cosas que en su farsa, en su teatralidad a veces no se pueden entender a fuerza de tanta simulación: ha sido una elección de estado, no reconocemos el triunfo del PRI y su candidato, aseguraban Sonia Mendoza, Gustavo Madero, Héctor Mendizábal, Enrique Flores y todos los demás.

 

Desde el mismo día de la elección sabían que habían perdido y se prontos, hicieron lo que mejor saben hacer: baladronear para luego negociar. Ese es el PAN en San Luis Potosí, el del Círculo Azul capaz de negociar lo que se ponga enfrente.

 

El gobernador electo está haciendo su trabajo, les da palmaditas en la espalda a los derrotados, les da sus consideraciones, los pone a hablar y los escucha, les comparte planes y hasta les pide apoyo y consejos. Carreras López hace lo que le toca hacer y lo hace bien.

 

Ya se reunió con priístas, panistas y perredístas. Los invitó a gobernar cada quien con su esfuerzo y no faltaba más, todos le dijeron que si, que todos están para servir a los potosinos, que todos están para trabajar incansablemente por el estado, que todos pondrán su granito de arena en la construcción de un San Luis mejor y pare de contar más bienaventuranzas.

 

Total que el 26 de septiembre cuando Carreras se convierta en gobernador constitucional, lo más probable es que las más sonadas aclamaciones provengan del Partido Acción Nacional.

 

Algo habrá ganado el Círculo Azul que nadie se ha dado cuenta.

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