CAJA NEGRA

En Soledad de Graciano Sánchez, las autoridades municipales, los candidatos a la alcaldía y los partidos políticos están haciendo todo lo humanamente posible por desbarrancar el proceso electoral.

Desde el arranque de las campañas, éstas se han visto empañadas por una actitud irresponsable y en algunos casos, ilegal, por parte de todos los actores en contienda, lo que ha traído como consecuencia una situación de incertidumbre y falta de garantías para los ciudadanos.

Ha habido acusaciones de todo tipo, se han lanzado insultos y amenazas. Nadie, incluida la autoridad estatal y municipal, han hecho nada por disminuir los ánimos en una localidad que desde hace años enfrenta problemas graves de violencia.

De manera especial, los candidatos del PAN y PRD son los que más han contribuido a construir el ambiente de rispidez y confrontación que priva en Soledad. Las dirigencias de ambos partidos, lejos de intervenir con el ánimo de atenuar las pasiones, parecen encenderlas con su actitud provocadora.

El episodio del presunto intento de atentado contra el candidato del PAN en Soledad es apenas uno más de los incidentes que muestran el grado de intolerancia al que se ha llegado en ese municipio.

Un atentado que tiene tanto de fantasía como el que se ha descrito por parte de la presunta víctima es igual al descaro del PRD al responder que solo es una muestra de desesperación del PAN. Se ven derrotados y acuden a la mentira, al montaje de un hecho que no ocurrió.

Como sea, ambos partidos se están colocando en una posición muy peligrosa con el riesgo de que las cosas se salgan de control.

Hay peligro para la sociedad puesto que el PAN ha denunciado que el crimen organizado está de lado del PRD, los Gallardos y el ayuntamiento. Si esa especie es cierta, más valdría el PAN demuestre eso y que lo denuncia de inmediato, no a través de los medios sino ante las instancias locales y federales correspondientes.

Por ahora todo pareciera alardes, arrogancia, prepotencia y mucho de teatralidad, lo cual, en su conjunto, puede convertirse en una combinación trágica si se considera el fanatismo cercano a los equipos de Gallardo y el autodenominado famyto.

 En ese contexto, llama la atención que el gobierno federal y estatal no hagan nada, que las autoridades electorales no hagan nada y que los dirigentes nacionales del PAN y PRD sean meros alcahuetes.

El Instituto Nacional Electoral ha identificado medio centenar de secciones electorales en Soledad de Graciano Sánchez que representan riesgo de violencia. Pero de qué sirve identificar eso si no se hace nada, si a quienes los compete eso se quedan cruzados de brazos. En el CEEPAC igual, lo cual no es de extrañarse, pues han de pensar que no pasa nada.

Pero más grave aún es la postura de la dirigencia estatal del PAN, la que ha solicitado la intervención del ejército en Soledad. Créalo, pero es cierto, lo ha solicitado a través de la prensa.

 Pedir que patrulle el ejército en lo que resta de las campañas parece una locura. La gente ya tiene suficiente temor como para ver todavía el desfile de soldados armados y vehículos castrenses solo porque dos partidos y candidatos juegan a la guerra entre buenos y malos, entre presuntos delincuentes y salvadores de la patria.

Si Héctor Mendizábal Pérez, presidente del PAN y su candidato en Soledad, tiene pruebas de la intervención del crimen organizado en ese municipio y a favor de la campaña del PRD, que lo denuncien formalmente para que la PGR actúe de inmediato y para que en su caso, se anule el registro del candidato Villafuerte.

La sombra de la duda ahí está y en el PRD no la han podido o no han querido aclarar nada, pero desde la detención de Ricardo Gallardo Cardona la percepción de que hay algo anómalo ha aumentado. Carlos Navarrete había afirmado al inicio del proceso electoral que el PRD barrería la basura de entre su militancia, pero todo hace indicar que no lo hizo.

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