CAJA NEGRA

Como diría el papa Francisco: “Todo es culpa del demonio”.

No es la primera vez que la alta jerarquía de la iglesia católica se muestra inconforme con lo que publica la prensa. Su piel se ha sensibilizado desde que explotó el caso de pederastia de Eduardo Córdova Bautista.

Ese caso fue publicado en primera instancia en aristeguinoticias.com y fue difundido en el espacio de Carmen Aristegui en MVS (cuando aún transmitían noticia) por parte de Alberto Athié. También por parte de la periodista Sanjuana Martínez en la revista Proceso y luego en sinembargo.mx y en La Jornada.

De ahí lo tomaron otros diarios nacionales que le dieron amplia cobertura como Milenio Diario, así como televisoras como Televisa, Tv azteca y Telemundo.

En abril del año pasado, la iglesia potosina era noticia de ocho columnas. Desde entonces, a la jerarquía le irrita sobremanera que se aborde el tema de la pederastia y de manera especial, que se involucre al arzobispo Cabrero como presunto solapador en encubrirlo.

Desde que se hicieron del conocimiento público los casos de víctimas de Córdova, los representantes de las víctimas y ellas propias acusaron a los últimos tres arzobispos de proteger, con la complicidad del gobierno al pederasta, hasta hoy, prófugo de la justicia.

La primera en sufrir la delirante queja de la iglesia fue Carmen Aristegui a quien se acusó de haber difamado y de dar validez a la voz de un resentido (así lo calificaron) como Athié.

Luego, se quejaron del trato informativo de la revista Proceso y de Sanjuana Martínez y de otros medios al considerar que se había desatado una persecución mediática contra la iglesia por los casos de algunos sacerdotes acusados de delitos sexuales. (Dos de ellos están libres porque no se comprobó su responsabilidad).

En esos días tan complicados para la iglesia católica potosina y para el Arzobispo José Carlos Cabrero Romero, llegó a la vocería de la arquidiócesis un sacerdote comunicólogo, que intentó poner orden en el proceso de comunicación de la institución con los medios. Que se diga lo que se quiera, pero que también se tome en cuenta lo que dice la iglesia, fue su primer reclamo.

En una ocasión cuestionó a los medios de comunicación: “qué hacen con las noticias porque nos ha tocado a todos y me ha tocado a mí, que uno dice una cosa y le publican otra totalmente diferente”.

“Entonces, con todo el respeto que me merecen como prensa, habría que checar realmente cual es la verdad y en ese sentido, debemos ser fieles a la verdad en la cuestión de cómo se manejan las notas”, advirtió en una rueda de prensa en mayo de 2014.

Juan Jesús Priego Rivera. El comunicólogo de la iglesia potosino afirmó además que “cuando se modifican las declaraciones de los sacerdotes en la prensa, se coloca en una mala posición a los religiosos”.

Después sentenció que “los medios no son tribunales porque muchas veces, en los medios se da ya la sentencia respecto a las situaciones que se están presentando y a nosotros nos parece muy grave que ya los medios están sentenciando a una persona cuando muy apenas se está iniciando un proceso judicial”.

En junio de 2014 Priego volvió a increpar la labor de la prensa al poner en entredicho su profesionalismo a la hora de confirmar datos. Aquí un extracto de un artículo publicado por quien aquí escribe en el portal transicion.mx.

A decir de Priego Rivera, los periodistas se creen estrellas de la televisión o de la radio o de la Internet o de los periódicos o de las revistas.

Agregó como para hacer ver que algo sabe de la prensa, que a los periodistas en San Luis se les conoce también por la ideología del medio para el que trabajan y también se les conoce por los dueños de las empresas para las que trabajan.

No nos engañemos, apunto, siempre buscan el dinero y para ello, venden sensacionalismo.

 Nosotros, acotó, no nos sentimos víctimas de la prensa en los casos que se han ventilado públicamente de pederastía, tampoco nos sentimos perseguidos por nadie, pero como no hay un trabajo periodístico de fondo y en equipo, publican lo primero que les llega sin revisar antes su veracidad.

Por ejemplo, citó Priego Rivera, en el caso de Eduardo Córdova, se le acusó y se publicaron noticias que lo presentaban como culpable de un centenar de casos de pederastia y cuando eso ocurrió no había una sola denuncia ante el Ministerio Público.

 Eso es lo que hace que la sociedad pierda la confianza y que la prensa pierda credibilidad, dijo con razón lapidaria. A cuatro meses de que se publicó la primera información sobre las más de cien víctimas de Córdova, solamente hay dos denuncias en la Procuraduría General de Justicia.

Es decir, hace falta mayor profesionalismo en los periodistas para no publicar aquello que no ha sido confirmado.

El padre Priego pidió a los dueños de los medios de comunicación en San Luis Potosí que sean responsables y cuenten con un Código Deontológico para sus periodistas, que cada medio tenga uno y lo respete, un Código en el que se diga cómo se debe escribir una noticia para luego ser publicada.

También pidió a los dueños de los medios que sean más responsables y que mejoren los salarios de sus periodistas, que les brinden cursos de capacitación y actualización en la materia del periodismo.

Y también que publiquen y den a conocer a televidentes, radioescuchas y lectores el contenido de sus manuales de estilo y sus Códigos Deontológicos.

Eso hace falta, pues luego se caen en el error de informar con datos aventurados aún no han confirmados.

Como se podrá apreciar, la iglesia no ha dejado de quejarse de lo que dice la prensa y exige disculpas públicas, mejor sería que recuerden lo que dijo el santo padre cuando se refirió a la violencia en México: todo es culpa del demonio. Olviden a la prensa y corrijan a sus ovejas negras, pues si no quieren criticas, a portarse bien.

 

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