CAJA NEGRA

Tras la derrota, los panistas en pleito y tan arrogantes como siempre

 

A un mes de la derrota electoral de Acción Nacional, los reclamos a la dirigencia estatal han empezado a surgir con mayor frecuencia y la respuesta a los críticos más que razonada ha sido virulenta e incluso, arrogante.

 

Le tocó a la ex candidata a gobernadora, Sonia Mendoza Díaz ser la voz del Círculo Azul y respondió a los críticos, no del partido, sino de ese grupo que mantiene el control del blanquiazul con resultados incontestablemente negativos.

 

Un nutrido grupo de panistas publicaron un desplegado público en el que urgieron a rescatar al partido, renovarlo, levantarlo y regresarlo a principios que, según ellos, se han perdido.

 

El tono del reclamo es similar a lo que a nivel nacional se lanzó contra Gustavo Madero Muñoz: Un partido disminuido y dividido por el surgimiento de grupos internos cuya labor ha sido la de crear y proteger intereses propios, la declinación tajante a principios ideológicos del partido y principalmente, el control faccioso de la dirección del partido.

 

Es decir, Héctor Mendizábal Pérez y Gustavo Madero Muñoz se parecen en que pierden todas las elecciones en que participan como dirigentes del partido. Esos son los hechos, dirigen y pierden.

 

Al desplegado, Mendoza Díaz quien pese a la estrepitosa derrota aun tiene tiempo para hablar, dijo que los que critican, si no están contentos, pues que renuncien. Luego agregó que francamente, el partido no está mal.

 

El PAN está tan mal como ella: Sonia Mendoza perdió la elección para gobernador al obtener apenas 351 mil 352 votos, el 32. 95 por ciento del total.

 

En la elección para gobernador de 2009, el entonce candidato del PAN, Alejandro Zapata Perogordo, perdió pero alcanzó 402 mil 442 votos, lo que representó el 41. 92 por ciento del total.

 

No se trata solamente de que se pierde y ya, sino como se pierde. Sonia Mendoza obtuvo 51 mil votos menos que Zapata y un once por ciento menos de lo que éste logró respecto de la votación total.

 

Resulta inexplicable que Mendoza Díaz diga que las cosas no están mal en el partido, pues los números hablan por si mismos.

 

La última vez que Acción Nacional gobernó la capital del estado fue con Jorge Lozano en 2006. Ganó con 152 mil 398 votos. Superó al PRI con una diferencia de tres contra uno.

 

Ahora, el PAN fue barrido, borrado, aplastado en las elecciones 2015 en la capital del estado donde el PRD le sacó ventaja de tres contra uno.

 

Hace un mes perdió el PAN no solamente los cargos en juego, sino que miles de votantes que antes tenían en el PAN una opción, ya no volvieron a votar por el partido, lo que supone que el electorado está abandonando al blanquiazul en los últimos años.

 

Convendría a las élites del PAN reflexionar detenidamente lo que está pasando, de lo contrario, su permanencia como oposición se extenderá por muchos años y probablemente pasen décadas antes de regresar al poder.

 

La renovación de la dirigencia nacional del partido servirá de ejemplo de hasta donde el partido está dispuesto a llegar para levantarse de sus ruinas. Si priva la simulación, el fraude, el empoderamiento de grupos y liderazgos y todo terminar en cambiar para seguir igual, lo que ocurra en San Luis Potosí inevitablemente será algo semejante.

 

El problema es que una candidata derrotada hable con la soberbia de quien regresa de una jornada triunfal, como si ella fuera la gobernadora electa, así con tanta suficiencia: si no quieren estar aquí pues que se vayan, dijo en una actitud que francamente ha dejado mucho que desear.

 

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