CAJA NEGRA

Karla no es un tema de nota policíaca: es un asunto de justicia

 

Al principio, Karla mereció portadas de la prensa, pero con titulares orientados a la estridencia, al amarillismo propios de esa prensa potosina que luego es tan amarillista como la peor.

 

La tragedia fue cubierta bajo una mirada de morbo. Hubo coberturas diversas pero siempre poniendo el acento en que Karla era edecán, como si el hecho de ser mujer y ser joven y ser bonita, representara un castigo. Entre líneas, la interpretación de buena parte de la prensa era: ella seguramente se lo buscó.

 

Cuando se agotó la búsqueda incesante del morbo en la información de la muerte de Karla, al asunto se le dio un sesgo político: varios medios utilizaban el caso para criticar al gobernador y a sus colaboradores en el área de la procuración de justicia.

 

Luego de eso, la prensa echó el caso en el cajón de los asuntos pendientes, ya luego lo retomarían.

 

En sentido estricto, nadie en la prensa ni nadie entre los reporteros de la fuente policíaca o de justicia, investigaron el caso. Cuando salía algo, era por alguna declaración aislada o por simple ocurrencia, pero nada por dar una secuela rigurosa al tema tan emparentado con el feminicidio.

 

Pasó el tiempo y lo que loa prensa formal o tradicional dejo de publicar, encontró múltiples espacios en las redes sociales. En éstas, se ha mantenido muy vivo y actual el caso de Karla y la exigencia de su familia por conocer la verdad, se haga justicia y se castigue a los responsables del crimen.

 

Lo más reciente del caso que es la atracción de éste por parte de la Suprema Corte de Justicia de la Nación es un logro espectacular de la madre y familia de Karla, pero lo es también de la unión de pensamiento de muchos que utilizan las redes en busca de algo trascendente.

 

Es de esperar que los ministros del máximo tribunal del país resuelvan algo a favor de Karla y del anhelo de justicia que habita en muchos potosinos. En ese tipo de oportunidades, la prensa debería estar de lado del interés periodístico que es también el interés general.

 

Si se pudiera esperar algo positivo de la prensa, es que el tema de Karla así como el de cientos o miles de víctimas se aborden con respeto y dignidad. Mientras más se publiciten sus casos, más posibilidades de encontrar justicia habrá.

 

No hay que olvidar que el primer escalón en el respeto de la víctima es su nombre y en segundo el de su familia, no se trata de un simple número frío de personas agraviadas sino que se trata de casos esencialmente humanos.

 

En ésta era de la tecnología en la información, todo se sabe al instante. Todo lo que ocurre encuentra un espacio para hacerse público, pero paradójicamente, aquello que debiera ser causa de interés general no encuentra ese espacio natural en las páginas de los periódicos ni en los telediarios y radionoticieros.

 

Hace unos años, en la Caravana Nacional por las Víctimas, el poeta Javier Sicilia demandaba eso, que como sociedad no se permita que el silencio se apodere de las víctimas y de sus luchas y de sus familias. Por eso, en cada parada, se leía en voz alta los nombres de las víctimas de cada pueblo, de cada ciudad, de cada estado.

 

Contribuyamos pues a sepultar ese silencio y, en el caso de Karla, decir cada palabra, cada frase, cada declaración, cada oración con la fuerza que reclama atraer justicia en un estado donde parece que la impunidad e injusticia son mayores.

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