¿Usted lo puede creer: dos secuestros en seis meses?
¿Debemos confiar en el gobierno?
¿Debemos confiar en la Procuraduría General de Justicia?
¿Debemos confiar en la Secretaría de Seguridad Pública del Estado?
Dice el gobierno y sus instancias en materia de seguridad que la incidencia delictiva continúa a la baja, que los delitos de alto impacto han disminuido tanto que casi no se pueden ver, son imperceptibles.
Entre las escasas fuentes oficiales de información para conocer el tamaño de la industria del delito, está el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, misma que se nutre de datos de los que proporcionan las entidades federativas.
Desde el inicio del sexenio de Peña Nieto, organizaciones civiles como Alto al Secuestro, Causa Común y México SOS, por citar algunos, han denunciado que los gobiernos estatales proporcionan información incompleta acerca de los niveles de inseguridad que enfrentan.
De hecho, esas organizaciones civiles suelen proporcionar datos que por lo general, en materia de homicidios o secuestros, superan las cifras oficiales que proporciona el gobierno federal.
Por eso, nos cuestionamos si acaso debemos confiar en lo que nos dice el gobierno en cuanto al tamaño que ha alcanzado el accionar de la delincuencia. Sobre todo, si recordamos que al arranque de la administración Peña, una estrategia de comunicación implementada fue la de bajar el nivel a la información relacionada a la criminalidad.
En ese sentido, valoremos entonces el hecho de que en el primer semestre de 2015, en San Luis Potosí han sido denunciados Cinco mil 995 delitos, lo que representa aproximadamente 33 denuncias diarias ante el Ministerio Público.
Esa estadística nos esta diciendo que a San Luis Potosí poco le falta para convertirse en una extensión del paraíso.
Más aún, durante los últimos tres meses no se ha cometido un solo secuestro y en seis meses solo van dos plagios. Es decir, un secuestro cada tres meses. Ni hablar, San Luis es una ínsula paradisíaca en el México violento y convulso de todos los días.
Durante los primeros seis meses del año, sumaron apenas 130 homicidios, de los cuales, 104 fueron dolosos y por ende, relacionados a la delincuencia organizada. Notable, es el paraíso potosino.
A menos que la información que envía la Procuraduría General de Justicia del Estado al Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública pase primero por el filtro que luego la pasa por la guillotina.
Resulta extraño por no decir que sospechoso, que al revisar las estadísticas de incidencia delictiva del gobierno federal se localicen datos tan sorprendentes como sospechosos. No se crea que solo en San Luis disminuye el delito, para Ripley, también en Sinaloa, cuna del fugado más notable de la triste historia carcelaria del país: Joaquín Archibaldo Guzmán Loera, mejor conocido como El Chapo.
Tan dudosa es la información frente a los acontecimientos de nuestra realidad, que nos podríamos ir de espaldas ante el hecho oficial de que en Yucatán no ha habido un solo secuestro en lo que va del año. A decir del Secretariado, insistimos, con base a información que envían los gobernadores, San Luis Potosí sería el segundo lugar con menos plagios es la nación.
No sabemos que esperan para llevar a Miguel Ángel García Covarrubias a la Procuraduría General de la República y a Concepción Tovar Monreal como comandante en jefa de la Policía Federal. Salven a Osorio Chong, please.
¿No sería una gran contribución de San Luis Potosí a la nación?