Por Antonio González Vázquez
Hoy se cumplen siete semanas del brutal asesinato del reportero gráfico Edgar Daniel Esqueda Castro. El crimen continúa sin resolverse y nadie ha sido detenido.
Ayer en este espacio, Astrolabio alertó del hecho de que el caso de la Ecuación Corrupta se encuentra estancado y pareciera que la intención es que caiga en un olvido definitivo.
También ayer, funcionarios de Amnistía Internacional, reprocharon la inacción de las autoridades potosinas respecto de los cinco años cumplidos del crimen de la joven Karla Pontigo, sin que el crimen haya sido aclarado ni se haya castigado a nadie.
Son tres casos que confirman que es la impunidad y no la justicia la que impera en San Luis Potosí.
Esteban Beltrán, presidente de Amnistía Internacional en España dijo que desde el mundo se ve a México como un país donde lo que hay es impunidad especialmente en materia de violencia contra las mujeres. La impunidad en México se ha convertido en la regla, hay una impunidad del 97 por ciento.
Más claro y vergonzoso, imposible.
¿Qué clase de país es México que de cada diez delitos denunciados solamente tres son resueltos y sancionados?
Tania Reneaum, directora ejecutiva de Amnistía Internacional México considera que se trata de un problema muy grave donde hay un factor fundamental que interviene a favor de la impunidad: la falta de voluntad de las autoridades de primer nivel en los tres órdenes de gobierno.
Hay un momento, dice, en que los gobernadores, por ejemplo, se acomodan a intereses políticos en detrimento de las acciones de justicia que pueden impulsar. Por ejemplo, en el caso de la averiguación previa que se inició por el crimen de Karla Pontigo, todo, absolutamente todo se hizo mal.
Nadie de los servidores públicos que hicieron mal su trabajo ha sido sancionado porque no hay voluntad de hacerlo.
Y tiene toda la razón.
Hoy hace siete semanas, el gobernador Juan Manuel Carreras y el Procurador, Federico Garza, garantizaron públicamente que el asesinato de Edgar Daniel Esqueda Castro no quedaría en la impunidad. Eso lo dijeron, pero quedó en simple palabrería ante la circunstancia de crisis de aquel seis de octubre.
Es cierto, el problema es la falta de voluntad para aplicar la ley así como la eterna simulación con que se actúa. El gobernador, hace siete semanas, se comprometió a que el asesinato no quedaría impune, dio su palabra ante decenas de reporteros y da el caso que no ha ocurrido nada.
