CAJA NEGRA: Cinismo, Incongruencia e Impunidad desde la UASLP; 17 meses sin Diego

 

Por: Antonio González Vázquez.

 

Hoy se cumplen diecisiete meses de la irreparable muerte de Diego. También, hace apenas unos días fue su cumpleaños y su familia lo celebró con una misa. Ahí lo recordaron como quien ve nacer de nuevo el dolor.

Van diecisiete meses y la familia de Diego está muy cansada; les ha provocado un enorme cansancio su lucha diaria en el afán de buscar justicia y no encontrarla. No son muchas las personas que pueden salir indemnes de tanta impunidad, eso cansa.

La Encuesta Nacional de Victimización y Percepción Sobre Seguridad Pública (ENVIPE) 2015 precisa que en San Luis Potosí se denunció en 2014 el 6.5 por ciento de los delitos cometidos, lo cual representa una muestra de la desconfianza social puesto que en 2013 se habían denunciado el 8.8 por ciento de los delitos.

Más aún, en el estado del bajísimo 6.5 por ciento de los delitos que se denuncian, apenas el 54.5 por ciento llevan al inicio de una averiguación previa. “Esto es, del total de delitos se inició averiguación previa en 3.5 por ciento de los casos. En 2013 había sido de 5.9 por ciento.

Esa misma Encuesta para este año refiere que apenas de unos a dos delitos por cada diez denunciados llega a los tribunales, se juzga y se emite una sentencia. La alta tasa de impunidad se origina desde el Ministerio Público que ha sido históricamente incapaz de integrar expedientes efectivos.

En razón de ello, la familia de Diego tiene fatiga emocional. Sus emociones han sido vastas y suficientes ante una maquinaria obsoleta e insensible. Está más que claro que en nuestro estado no se procura justicia ni se hace justicia a los justiciables.

Aplica la norma que se ha convertido en sentido común: en México la justicia es para los ricos, no para el pueblo. Suena a frase caduca y trillada, pero eso es lo que ocurre, de ahí la elevada tasa de desconfianza en los jueces, ministerios públicos y policías.

Van diecisiete meses y las instituciones públicas no han encontrado culpables de la muerte de Diego porque para los procuradores e impartidores de justicia no hay delito qué perseguir y mucho menos sancionar.

La familia de Diego está cansada de eso y de muchas injusticias más.

En este contexto de pena, hay que insistir en la mezquina actitud de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí y del rector, Manuel Fermín Villar Rubio. Personal universitario tuvo a su “cuidado” a Diego y se les ahogó; personal universitario tuvo bajo su “atención” la seguridad de Diego y se les ahogó.

Pero el punto es que a Villar Rubio eso no le importó y mucho menos le importa diecisiete meses después. Es un burócrata tan insensible y sin escrúpulos como cualquiera otro con cierto Poder en sus manos.

Veamos hasta donde llega el cinismo y la incongruencia universitaria. Con motivo del tan de moda tema de la equidad de género que, por cierto, no va más allá de las buenas intenciones para aparecer como el buen samaritano, la UASLP diseñó un programa favor del tema.

La UASLP se ha adornado con ciertos valores que no necesariamente están a la vista de todos sino todo lo contrario.

Dentro del Plan Institucional de Desarrollo 2013-2013 impulsado por el rector arquitecto Manuel Fermín Villar Rubio, la Universidad Autónoma de San Luis Potosí asume los valores de Responsabilidad social, Calidad, equidad y justicia, Respeto y tolerancia, Honestidad, Dignidad, Humildad y Dignidad entendidos como el marco de referencia que orienta el comportamiento de los universitarios en la realización de sus actividades, para el cumplimiento de la Misión y el logro de la Visión institucional.

Y agrega:

La intención a decir del especialista en psicología, es generar una Universidad de mayor calidad, pues se requiere prevenir casos de pérdida de valores; por tal motivo el Observatorio se maneja a través de una representación de catedráticos en cada una de las Facultades e Institutos, que se han dado a la tarea de diseñar un instrumento, es decir un reglamento que permita reforzar el tipo de comportamiento que se solicita de cada miembro de la comunidad Universitaria dentro de su desarrollo social.

Es decir, la institución de apropia de valores que han brillado por su ausencia en el caso de Diego y especialmente, en cuanto al trato dado a la madre y familia del pequeño.

A eso, obviamente, se le llama simulación. Esa simulación universitaria que vemos y palpamos todos los días.

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