CAJA NEGRA: Comparecer para parecer farsantes

 

Comparecer para parecer farsantes.

 

Fue un alud de frases hechas; un montón de frases pegadoras, frases domingueras en una narrativa caduca que no aclara nada, que no rinde cuentas pero si se autoexime de culpas. Fue un torrente de frases que buscaban las portadas de los periódicos; un bla-bla-bla intrascendente.

Con la del Procurador de Justicia, se cerró el ciclo de comparecencia de funcionarios públicos correspondiente a la glosa del sexto informe de gobierno.

El discurso político debería tener fecha de caducidad como las salchichas o la leche pasteurizada, pues luego de un tiempo se descompone y puede hacer mucho daño. Es el caso del discurso utilizado en la comparecencia de los funcionarios públicos que hablaron a nombre de instituciones a las que aún ni siquiera acaban de conocer.

Fue un discurso barato, estridente, sensacionalista. Los colaboradores del gobernador Carreras quisieron lucirse al seguir una narrativa pseudocrítica que sirvió más como cortina de humo que como instrumento que dilucidara dudas y aclarase sospechas.

Frases baratas, de esas de medio pelo a las que recurren las oficinas de prensa para tapar los escándalos, como esa de que no nos va a temblar la mano para hacer justicia. Frases que venimos escuchando desde hace tantos sexenios que no hay seguridad de quien y cuando la dijo por primera vez.

Mi prioridad es rescatar la credibilidad en la procuración de justicia y sobre eso estoy, no es algo que se trate de ser héroe, no voy a ser héroe de nada, alardeó por ejemplo Federico Garza. Cuanta elocuencia pero a la vez cuanta incongruencia. Si Garza sabía de la corrupción, de la ineficiencia y de la podredumbre en la Procuraduría en el anterior sexenio, porqué entonces como ciudadano y abogado no lo denunció.

José Luis Ugalde en su turno dijo a los diputados que la deuda pública del anterior sexenio quedó en 22 mil millones, pero antes no dijo nada. Se calló la boca, igual que Alejandro Leal que ahora dice que no habrá un solo centavo para los grupos sociales.

Ambos, en su papel de distinguidos priístas, debieron ir con Fernando Toranzo y reclamarle lo que estaba haciendo mal. No lo hicieron sino que con su silencio lo avalaron. Pero ahora como funcionarios, salen a descubrir el agua tibia con un discurso agotado y poco creíble.

Igual que Arturo Gutiérrez que como comandante de las fuerzas armadas en San Luis nunca le dijo al gobernador que la policía potosina estaba por los suelos y que eran los militares los que tenían que dar la cara ante tanta ineficiencia y corrupción policíaca.

Cada funcionario de gobierno que intervino en las comparecencias incurrió en la emblemática simulación de los políticos, en eso fueron a la par de diputados hipócritas que siendo parte del gobierno de Toranzo ahora se la dan de críticos y señalaron a toro pasado, las carencias, errores y debilidades de la anterior administración, verbigracia, el vividor Manuel Barrera o Fernando Chávez u Oscar Bautista.

Ahora resulta que el tejido social está roto, que la sociedad no cree en las autoridades y que no confía en la procuración de justicia, tales fueron las brillantes conclusiones de Federico Garza, en algo así como descubrir que el día tiene 24 horas.

De esa índole fueron las comparecencias, todas olvidables en su fondo, pero en su forma, iguales a las de hace tres, cinco o diez años. Hablar mucho y opinar mucho en un lenguaje florido y presuntamente crudo y rudo, pero sin aclarar nada.

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