Por Antonio González Vázquez
San Luis Potosí es el municipio más inseguro y violento de todo el estado, donde más ejecutados ha habido y donde más agresiones sexuales se cometen en contra de mujeres. En materia de seguridad, la capital no ha salido del bache sino que, más justamente, está convertida en una fosa abierta.
El alcalde Ricardo Gallardo Juárez va por su reelección porque, según le dijo a El Universal (en una entrevista que semeja ser una gacetilla), no se cierra a las posibilidades.
En esa entrevista con tintes gacetilleros, curiosamente no le hicieron preguntas sobre seguridad pública. Habló de todo, menos de inseguridad. Habló de todo, menos de los ejecutados que continuamente aparecen en calles de la ciudad.
No habló para nada del hecho de que Gobierno del Estado debió crear la Policía Metropolitana porque la administración municipal es y ha sido omisa y negligente en su obligación de garantizar la seguridad de los capitalinos.
Es mejor hablar de garrafones de agua que de los veinte ejecutados que, según reporte de Semáforo Delictivo, se cometieron en agosto en la capital del estado. La meta era que solo ocurrieran 6 y hubo 20.
El crecimiento en el número de homicidios es tan grave que si se compara el período de enero a agosto de este año con el anterior, el incremento es 85 por ciento, mientras que los 20 ejecutados de agosto comparados con la media estatal, suponen un aumento del 59 por ciento.
Durante el lapso de enero a agosto, en la capital ha habido 97 ejecutados.
De eso, Gallardo Juárez no le dijo nada a El Universal, aunque bien visto, no se lo dice a ningún medio de comunicación. No hace falta, para eso se paga publicidad, para que se hable de las tortillas y de las “finanzas sanas”.
La inseguridad es por mucho el principal problema de la capital. Es un fenómeno que no ha sido enfrentado por la autoridad municipal de Ricardo Gallardo. Los números hablan por sí mismos. En julio hubo 17 ejecutados y en agosto 20.
Tiene razón el alcalde “cuando hay continuidad, hay avance”.
