Por Antonio González Vázquez
El secretario de Seguridad Pública, Jaime Ernesto Pineda Arteaga ha alcanzado un nivel notable de especialización, pero desafortunadamente, no como policía, sino como esgrimista del lenguaje, como señor de la excusa, lo que le ha permitido simplificar al máximo la grave problemática de inseguridad que se vive de manera especial en la capital y su zona metropolitana.
El año pasado cerró con más de 700 homicidios y en lo que va del año ya van 25, pero ese no parece importarle en lo más mínimo al jefe de la policía.
Dijo ayer algo que ya había dicho el primero de septiembre del año pasado. Entonces era el Coordinador de la Policía Federal en el Estado.
Ese día, Pineda Arteaga dijo, según una entrevista que le hizo Samuel Estrada para Astrolabio Digital, que en San Luis Potosí “los índices delictivos son buenos si se compara con los problemas que se tienen en otros estados, incluyendo vecinos como Nuevo León, Tamaulipas, Veracruz o el propio Zacatecas”.
En esos estados, aseguró Pineda Arteaga, meses antes de ser nombrado Secretario de Seguridad, “de verdad la situación es complicada”.
A decir del entonces Coordinador de la Policía Federal en el estado, los casos de ejecuciones “en realidad han sido dos o tres y no como en otras entidades en donde hay muchísimas y la situación es verdaderamente difícil”.
Pues bien, ayer, el secretario Pineda volvió a repetir esa misma historia pues ha de creer que es virtud darle atole con el dedo a los potosinos. Está bien que le gusta capotear el temporal con frases tan huecas como manidas a estas alturas no le cree nadie.
Dijo que San Luis Potosí tiene “mejores condiciones en materia de seguridad pública, contra otras entidades federativas como son Zacatecas o Tamaulipas”.
Luego, el brillante evasor de la violenta realidad, dijo que no existe en el mundo ninguna ciudad con “seguridad perfecta”.
Pero nadie le pide una policía perfecta con resultados perfectos, se le exige que por lo menos disminuya la violencia, que se atenúe la inseguridad, que mejore la seguridad y que se perciba que al menos hay una estrategia en pie.
Nadie le pide la perfección, pues cuando el Secretario de Seguridad era Arturo Gutiérrez, tuvo la puntada de autocalificar su desempeño y el de la policía con un diez.
De modo por demás penoso, el secretario Pineda Arteaga sugirió a los potosinos que “hablen bien” de la policía.
Ya está, que contrate un equipo de animación de doce chicas para que dirijan porras y vivas a los policías para que hagan bien su trabajo, se animen y eleven su autoestima.
Pineda Arteaga pidió un voto de confianza de la sociedad. Pero para pedir apoyo, también hay que dar resultados y no atole con el dedo, hay que mostrar eficiencia y espíritu de servicio.
Pero en fin, al menos el secretario Pineda se atrevió a decir algo, luego de que la Encuesta Nacional sobre Seguridad Urbana del INEGI reportara que en la capital, el 88.2 por cientos de los ciudadanos perciben que es una ciudad insegura.
En palacio municipal nadie dijo nada. Como suele hacer la administración de Ricardo Gallardo en materia de seguridad, avienta los trastos al gobierno. Es una medida fácil y comodina de alguien que en lo que lleva de alcalde no se ha hecho cargo de cuidar, en lo que corresponde al municipio, a los ciudadanos en su integridad física y patrimonial.
