CAJA NEGRA: El Charro amarillo

 

Hay que pintar todo de amarillo: macetas, jardineras, acotamientos, cercas, alambradas, postes, puentes, escaleras, hay que pintarlo todo, no vaya a ser que no se den cuenta que los amarillos somos los que estamos gobernando.

 

Amarillo aquí, allá, más allá y por delante, por en medio y por detrás, sin faltar también por abajo y por arriba. De amarillo pollo por favor.

De hecho, en San Luis la mítica Paint it Black de sus satánicas majestades es Paint it Yellow. Pintar de amarillo a como de lugar, de noche y de día, a todas horas, sean días feriados o hábiles, no hay tiempo para descansar, es tiempo de pintar ya sea con brocha, cepillo, rodillo o lo que se le venga en gana.

Píntelo de amarillo, que es el color de la esperanza, de la felicidad, de la bondad, de la alegría y ni más ni menos que el mismísimo color de la democracia. El amarillo, de amarillo se pinta la ciudad y el pollo quiere seguir pintando que para eso hay mucho dinero público.

 

Bien visto, el oro que acompaña al azul en el escudo de armas de la ciudad quedaría mejor de amarillo pollo, sería más impactante. El amarillo, en efecto, el color oficial del ayuntamiento que por simple categoría política ha dispuesto imponer a los ciudadanos el chocante amarillo como parte de una prematura campaña.

 

De todo con capaces en el feudo gallardista que sin el menos temor al ridículo, en Soledad le pusieron el nombre de uno de los Gallardo a una avenida. De seguir así, pronto, el palacio municipal será amarillo y el kiosko de la plaza de armas también.

 

Amarillo de día y de noche también. Amarillo es la clave, es el ábrete sésamo del futuro político de las muchedumbres ignorantes a las que les va más un kilo de tortillas que una propuesta seria.

 

Total si se quiere todo de amarillo, pues que se cubra todo de amarillo, que uniformen a los policías de amarillos porque de azules hasta asustan, que vayan de amarillo los niños a la escuela y que de amarillo se vista a los ángeles y querubines.

 

Es que es el color del pueblo, el amarillo pueblo es igual que el amarillo pollo y que el amarillo gallardo.

En San Luis no hace falta ver más box…lo que hace falta es ver más amarillo y gallardo lo está haciendo. Si el amable lector tiene una propuesta para el alcalde sobre esta tarea titánica de pintar todo de amarillo, escríbale una carta en tinta y sobre amarillo como debe de ser.

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