Por Antonio González Vázquez
El pleno del desprestigiado Congreso del Estado elige este jueves al Fiscal General del Estado y los momios dicen que Federico Garza Herrera será el favorecido. El dedazo aun funciona, todavía se mueve y es capaz de hacer cumplir la voluntad del gobernante en turno.
Ante la oposición a su nombramiento, especialmente, por parte del Frente Ciudadano Anticorrupción, los asesores de la tercera edad de la Procuraduría idearon crear un grupo de apoyo a las legítimas aspiraciones del señor Procurador, de manera tal que en el salón de plenos habrá dos bandos: los que aplaudirán a Federico Garza y los que criticarán su desempeño de dos años al frente de la Procuraduría.
El dictamen de las comisiones unidas de Gobernación y Justicia deja la decisión al pleno. No dice el dictamen quien de los tres es el de mejor perfil o el más apto. Y no lo dice porque es obvio que los méritos, prestigio y trayectoria no tienen nada que ver con la decisión final.
Los diputados simplemente van a levantar el dedo y ya está. Los que están con la propuesta del gobernador son mayoría y listo.
No hay método ni nada semejante a una evaluación rigurosa, los diputados están alineados, no hay problema; Federico Garza será Fiscal por mayoría.
A menos que el tumulto que se espera en el salón de plenos alcance una dimensión tal que lleve al caos y anarquía la sesión hasta motivar su suspensión. Ese es un escenario posible.
Esta Caja había considerado hace unas semanas que para que Federico Garza pudiera llegar a ser Fiscal tendría que haber resuelto al menos tres cosas: resolver el caso judicial de la Ecuación Corrupta; aclarar el crimen de Edgar Daniel Esqueda Castro y hacer una limpia a fondo de la Policía Ministerial, empezando por sus principales mandos de dirección.
Nada de eso ha sucedido. De cualquier modo será Fiscal. A menos que de último momento, el gobernador cambie de opinión y decida que él no necesitará un Fiscal a modo.