Por Antonio González Vázquez
Dicen los priístas que en 2018 su prioridad es recuperar el ayuntamiento de San Luis Potosí. Dicen que van a trabajar para ganarlo de nuevo. Dicen que el partido en la capital no está muerto, que está vivo y “actuante”. Eso dice, lo cierto es que el PRI no se ve, es como si no existiera; no ha cumplido con su papel de oposición crítica.
Dicen que van a recuperar el ayuntamiento, pero esa declaración de buenas intenciones está solo en el papel.
Ayer, en el Comité Directivo Estatal, el Revolucionario Institucional integró una Comisión denominada de “notables”. Resulta que los notables son aquellas momias que tienen cargo representativo en sectores y organizaciones del partido. Ya se sabe, que el sector campesino, el obrero, el popular y más entes que seguro guardan polvo y telarañas.
Esa comisión designará por la vía del dedazo al menos a la mitad de los candidatos a cargos de elección popular. El PRI más retardatario es el que se reunió ayer, el PRI que gusta de los usos y costumbres de hace medio siglo, el PRI que no representa nada nuevo, el PRI de los vicios, el engaño y la trampa.
Pues bien, ese PRI dice que recuperar el gobierno de la capital es una “prioridad”. Es un verdadero misterio cómo le van a hacer para lograrlo pues aspirantes no los tienen por ningún lado. Su caballada a la capital no está flaca, es invisible.
Suena a sueño guajiro: dicen en el PRI que el reto para 2018 es lograr 363 mil 764 votos, que es la cifra más alta que se ha logrado en la ciudad. El problema es que en el 2015, el PRI apenas logró 35 mil 447 votos, lo que representó solo el 12 por ciento del total de votos emitidos en la capital.
Esa vez, Ricardo Gallardo ganó con 131 mil 411 votos.
Es más, el PAN logró 81 mil 760 votos.
O sea, el PRI cayó al tercer lugar de una manera ignominiosa, su candidato, Manuel Lozano Nieto fue barrido y vuelto a barrer; daba pena.
Ahora dicen que para todo el partido, la prioridad es recuperar el ayuntamiento, quitárselo a la Gallardía.
En fin, soñar no cuesta nada.
