CAJA NEGRA: El último héroe

 

Hace 24 años que murió Salvador Nava Martínez. En 1991 debió ser gobernador, pero eso solo lo deseaba la gente, el gobierno no quería eso. Los ciudadanos querían a un gobernador que fuere de los suyos, que saliera de entre los suyos, pero el poder quería como gobernador a uno de sus poderosos. En 1991 debió cambiar San Luis Potosí y en vez de eso se quedó igual; ahora como entonces, las campañas se ganan con dinero y con trampas, mucho dinero y muchas trampas. Hace 24 años que murió Salvador Nava Martínez y se fue sin ver la transición democrática por la que luchó toda su vida: murió con el PRI en el gobierno.

 

Hoy hace 24 años que murió Salvador Nava Martínez y a sus funerales fue el entonces gobernador interino, Gonzalo Martínez Corbalá quien a su vez traía cargando sus maletas al actual gobernador Juan Manuel Carreras López. Desde entonces Carreras está en los círculos del poder y a la luz de sus ocho meses como gobernador, muy poco aprendió. Debería recordar lo que hizo Salvador Nava, quizá eso le ayude a intentar hacerlo un poco mejor.

La verdad es que en 1991 Salvador Nava no ganó las elecciones porque no lo dejaron ganar; hubo el fraude más grande que haya habido en San Luis y lo hizo el PRI. En 1991, Salvador Nava Martínez debió tomar protesta como gobernador pero la presidencia omnipotente no lo permitió y solo cedió, hasta que vio la fuerza de una ciudadanía encabritada a la que se aplacó ligeramente con la renuncia del beneficiario del fraude.

 

En 1991 debió ganar la gente que votó libremente pero en vez de eso, ganó la gente que vendió su voto por cien pesos, una despensa, una cobija, una caja de gallinas o por un cerdo o por una simple promesa. En 1991 ganó el sistema que hasta ese momento operaba como una maquinaria perfecta.

Hace 24 años que murió Salvador Nava y desde entonces no ha habido funerales tan impresionantes, ríos de gente acompañándolo a su última morada, cientos de miles orando por él y muchos llorando con las esperanzas rotas. Había muerto quien era en realidad el gobernador.

 

Hace 24 años que murió Salvador Nava Martínez y ese día, la prensa que lo atacaba, que lo crucificaba, que lo difamaba no tuvo otra alternativa que publicar las muestras de cariño genuino que le tenía la gente. En 1991 Salvador Nava Martínez debió ganar las elecciones, pero la prensa cómplice de Zapata no estaba dispuesta a permitirlo; no podía tolerar que alguien que no daba un centavo a los dueños de los periódicos llegara a gobernador.

 

Como pasa el tiempo, ya son 24 años y no ha habido políticos a la altura de Salvador Nava. Él no era político, esa sería la disculpa de los políticos para evitar medirse con él y, pues tienen razón, el caso es que los políticos, como ciudadanos, menos se le acercan a lo que fue el doctor.

En 1991 teníamos a Salvador Nava y ahora tenemos a Desfassiux, Romero Calzada, Bautista, Flores, Mendizábal, Gallardo, al Caco Leal, al doctor Carreras, vaya, esto si que es el infierno. Con decir que decir que Teófilo Torres Corzo, el interino del 91 todavía anda obstaculizando a la democracia igual que hizo hace 25 años.

 

Hoy es día propicio para hacer memoria y honrar a Salvador Nava, con la clase política actual, su persona se agiganta aún más.

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