Por Antonio González Vázquez
Para ser candidato a algún cargo de elección popular por el Partido Revolucionario Institucional hay que ser demostradamente corrupto.
Bueno, tal vez es una exageración, pero al menos, si es fundamental ser sospechosamente corrupto o en el mejor de los casos, presunto sospechoso de corrupción.
De hecho, con el paso del tiempo, ser priístas y ser funcionario público es sinónimo de corrupto.
Pero eso no se limita por supuesto a los priístas, sino que es ya fama extendida en todos los partidos políticos que son auténticos criadores de corruptos y corruptas.
Bien visto, hay casos de miembros connotados del PAN, PVEM, PRD y todos los demás que se pueden jactar de haber superado a sus maestros del tricolor.
Para no ir más lejos, ayer fue vinculado a proceso el ex gobernador de Quintana Roo, Roberto Borge, entre otros delitos, se le acusa de lavado de dinero tan solo por 900 millones de pesos.
Además están Cesar Duarte, Javier Duarte, Tomás Yarrington, Eugenio Hernández y una decena más de ex gobernadores del PRI que están enfrentando procesos penales, que han estado en la cárcel o que están combatiendo en los tribunales su presunta inocencia.
Y como olvidar la Casa Blanca, OHL y Obedrecht. O en San Luis las corruptelas de Fernando Toranzo y su gente que se enriquecieron hasta con las cocinas para los pobres o con los desayunos para los niños en comunidades marginadas.
Por eso, a nadie debería extrañar que los priístas del municipio de Ríoverde hayan propuesto como candidato a diputado federal a Oscar Bautista Villegas. Pues como no lo iban a proponer si reúne el perfil deseado para ser abanderado del tricolor.
Bautista no es sobradamente corrupto pero si sospechosamente corrupto, razón suficiente para aspirar a una candidatura.
La carta que el presidente del Comité Municipal del PRI en Ríoverde le envió al presidente del Comité Directivo Estatal es un monumento al cinismo e irresponsabilidad política. El respaldo a Oscar Bautista solo se explica en esa lógica malsana del priísmo corrupto.
Miembro de la Ecuación Corrupta, Bautista Villegas fue señalado por su compañero Enrique Flores de formar parte del engranaje que hacía posible la limpieza de cuentas públicas municipales. Solo la incapacidad de la Procuraduría General de Justicia ha permitido que los involucrados se mantengan en la impunidad y como en el caso de Bautista, no solo eso, sino también con una potencial candidatura como premio.
