Por Antonio González Vázquez
Lo dicen las estadísticas del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública sobre la criminalidad en San Luis Potosí: 7.5 delitos de cada 10 son cometidos en los municipios de la capital y de Soledad de Graciano Sánchez. Es un dato incontestable que no se puede eliminar con un mitin del Partido de la Revolución Democrática a favor de sus alcaldes, Ricardo Gallardo y Gilberto Hernández.
Con pronunciamientos partidistas no se suple la obligación de dar respuesta al ordenamiento constitucional que obliga a una autoridad a garantizar la seguridad física y patrimonial de los ciudadanos.
Y como los gobiernos perredistas de San Luis Potosí y Soledad de Graciano Sánchez han sido incapaces de dar seguridad a los ciudadanos, el gobierno estatal ha creado la Fuerza Metropolitana que inicia operaciones éste miércoles.
Esta nueva corporación con 500 elementos de policía vendrá a realizar el trabajo que no hacen los municipios de San Luis y Soledad.
Con pronunciamientos de partido, con porras y globos no se gobierna ni se puede dar respuesta a la generalizada exigencia de la sociedad de vivir en paz.
Hace apenas unos días, el ejército y fuerzas federales y estatales intervinieron la policía de Soledad cuando pasaban revista. Lo hicieron porque la Policía Ministerial traía órdenes de aprehensión contra elementos del municipio de Soledad, presuntamente relacionados con organizaciones criminales.
Según la Procuraduría General de Justicia, elementos en activo y ex agentes de la policía de Soledad han intervenido en algunos de los hechos más violentos que han ocurrido en los últimos días. De hecho, una agente y ex policía fueron detenidos días antes de la intervención.
Los que eran buscados no se presentaron ese día a la revista y por eso libraron la detención.
Con dirigentes de mediano nivel del Comité Nacional del PRD, y la dirigencia local y sus diputados, encabezaron un mitin en desagravio de las policías de Soledad y San Luis, lo cual no deja de ser un absurdo.
Por ejemplo, San Luis Potosí capital y su zona metropolitana están incluidos entre las cincuenta ciudades más inseguras del país. No es un invento, es un hecho concreto irrefutable.
Los gobiernos y sus gobernantes suelen deslindarse de los graves problemas de inseguridad, no de ahora, sino desde hace mucho; los alcaldes le dejan la responsabilidad a los gobernadores y éstos al gobierno federal. Al final nadie es responsable y la sociedad es la afectada.
Pero el evento de ayer en Soledad no tiene parangón en cuanto a la simulación de la que son capaces un par de alcaldes y su partido. Es el colmo, ahora resulta que la inseguridad en los municipios que ellos gobiernan no es su responsabilidad.
En una fotografía publicada por Pulso, aparece una parte de la multitud asistente al mitin policíaco y uno de los asistentes levantan una pancarta en la que tildan al gobernador Juan Manuel Carreras de “pendejo”.
Lo acusan de lastimar al municipio de Soledad, el segundo más violento e inseguro del estado, y también se dicen encabronados.
¿No deberían estar enojados consigo mismos y con sus policías por incumplir su tarea de gobernar con eficiencia y así combatir la inseguridad?
¿No deberían estar encabronados con los agentes que, como malos servidores públicos sirven a los criminales y no a la sociedad?