Caja Negra: Fundamental que el Congreso haga públicos los informes de auditoria 2016

Por Antonio González Vázquez

Cada que pueden sino es que todos los días, los diputados locales dicen actuar para “recuperar la confianza” de la sociedad. Eso de recuperar la confianza es ya una frase trillada de nulo valor.

No se puede confiar en una legislatura presidida por un diputado, presunto integrante del cuarteto de la Ecuación Corrupta, de modo tal que todo lo que digan o hagan nunca será suficiente para recuperar esa confianza que ellos saben que perdieron desde hace mucho tiempo.

Ayer, casi inmediatamente de que el Frente Ciudadano Anticorrupción denunció públicamente que el rechazo de los informes finales de las cuentas públicas 2016 carecía de legalidad por no haber sido una decisión fundada y motivada legalmente, el Congreso del Estado distribuyó un comunicado de prensa donde pretende refutar, sin lograrlo, lo dicho desde el Frente.

Todos quienes asistimos a la sesión de pleno en la que se rechazaron los informes sabemos que nunca se motivó ni fundo nada sino que simplemente se levantó la votación.

Pero eso parecería ser lo de menos ante otra exigencia notable del Frente Ciudadano que pide, con entera razón, que todos esos informes (113) sean publicados para que la sociedad acceda a ellos.

De hecho, la ciudadanía tiene el derecho de conocer esos informes que presuntamente fueron rechazados porque con el escándalo de la Ecuación Corrupta, no había ni confianza ni credibilidad en los informes presentados por la Auditoría Superior, ya que se trata de la fiscalización al ejercicio de los recursos públicos.

A esa propuesta, el Congreso del Estado no dio respuesta puntual y se empeñan en hacer las cosas a su manera, es decir, de manera turbia, opaca y sospechosa.

Los capitalinos, por ejemplo, tienen derecho al informe final (aunque haya sido rechazado) de la Cuenta Pública del ayuntamiento de  San Luis Potosí, para saber cómo fue posible que no se le haya realizado una sola observación financiera.

La Comisión de Vigilancia del Congreso presume que se viene actuando con transparencia desde que se ventiló el video de Enrique Flores, pero está lejos de eso, pues la actuación del legislativo está más próxima a la simulación y al encubrimiento que a la transparencia y la legalidad.

Si en realidad hubiese transparencia, ya se habrían publicado todos los informes rechazados para conocer con puntualidad las irregularidades de todos los entes fiscalizables.

 

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