Por Antonio González Vázquez
Fue en el gobierno de Fernando Toranzo Fernández cuando asesinaron a Karla y fue en su mismo sexenio cuando la Procuraduría General de Justicia cayó al fondo del pozo del descrédito e ineficiencia.
Con Toranzo, la procuración de justicia fue casi inexistente, la impunidad sentó sus reales y la corrupción estaba a la orden de quien pagara el precio. Fue en el gobierno de Toranzo cuando asesinaron a Karla.
Eran los tiempos de Miguel Ángel García Covarrubias, eran los días del vice gobernador y secretario General de Gobierno, Cándido Ochoa Rojas. En esos tiempos de trampa, dolo y autoritarismo, asesinaron a Karla.
El San Luis Potosí de Fernando Toranzo y señora, los días del exceso y la alta incompetencia, en esos días asesinaron a Karla.
Hoy, cuatro años y medio después, es para la vergüenza colectiva: San Luis Potosí es para Amnistía Internacional, ejemplo de lo que un Estado y sus instituciones no deben hacer cuando se violan los derechos de la mujer.
Karla no ha obtenido justicia porque para el Estado potosino perdió la vida por accidente y no porque alguien la mató por ser mujer.
Fue en la época tan turbia como oscura del mandato de Toranzo cuando se violaron los derechos humanos de miles y cuando la violencia se hizo presente con cientos de ejecutados.
Fue quizá la peor época en la procuración de justicia, primero con Cándido Rojas y luego con Miguel Ángel García; hacían lo que querían ante la indolencia del gobernador.
Ese remedo de Procuraduría nunca logró esclarecer el caso de Karla y más bien pareció actuar bajo complicidad.
Si antes la justicia potosina no funcionaba, hoy tampoco; no hay argumento o razón alguna para pensar en contrario, la Procuraduría es prácticamente la misma institución que en principio recibió Federico Garza y que él mismo calificaba de corrupta e ineficaz.
El caso en la Suprema Corte de Justicia de la Nación porque en San Luis Potosí sus instituciones sirven para poco menos que nada. El caso en Amnistía Internacional para que en todo el continente se sepa que en San Luis Potosí no existe la justicia.
Cruda realidad, pero realidad al fin y al cabo: antes no funcionaba Toranzo y ahora no funciona Juan Manuel Carreras.
