Por Antonio González Vázquez
Las peores 72 horas que ha vivido San Luis Potosí en cuanto a ejecuciones del crimen organizado fue la del seis al ocho de agosto con diez homicidios, pero las más recientes 72 horas que van del 12 al 14 de agosto sumaron siete ejecutados más.
No todos los días hay ejecutados en San Luis Potosí, pero cuando los hay, es por puñados.
Durante los últimos dos fines de semana, ha habido 17 ejecutados. Es que a los criminales les gusta matar desde el viernes, le siguen el domingo y de ser posible se extienden al lunes pues odian hacer San Lunes.
Por ejemplo, ayer hubo dos ejecutados en lunes.
Es una verdad incontestable el hecho de que la violencia se agudiza en el estado y que las autoridades han sido rebasadas por completo. Como citaba esta Caja hace unos días, en la primera semana de agosto de doce homicidios reportados por la autoridad policíaca hubo solo un detenido.
Estamos ya en la cuenta regresiva para el segundo informe de gobierno de Juan Manuel Carreras López y en materia de seguridad, lo único que podría informar es el sonado fracaso de la estrategia contra la delincuencia.
Ayer, la administración de Carreras reportó que en la semana pasada hubo 15 homicidios, pero no incluyeron al hombre ejecutado cuyo cuerpo fue localizado por la tarde en un páramo de la Delegación de Bocas.
Al ritmo que se lleva de ejecuciones es muy factible de que agosto rompa el récord de 68 homicidios alcanzado en junio.
La situación es grave y solo pocos no quieren admitirlo, entre ellos, el simple ciudadano al que se conoce por su cargo de gobernador.
