Por Antonio González Vázquez
San Pedro de las Anonas es una comunidad indígena de muy alta Marginación. Está en el municipio de Aquismón. Ahí estará este lunes el presidente Enrique Peña Nieto. Solo falta que diga que los resultados de los programas de combate a la pobreza son alentadores.
La semana pasada San Luis Potosí tuvo la desalentadora visita del secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio que ve un panorama alentador en San Luis pese a que en la administración Carreras, en 22 meses ya se superaron los Mil homicidios.
Peña Nieto al igual que Osorio no es tampoco un dechado de virtudes ni es la mar de sensible por lo que se corre el riesgo de que también “palomeé” al mediocre gobierno de Carreras con una evaluación “alentadora”.
Anticipando esa circunstancia, esta Caja ofrece sendos datos que ilustran la pobreza en que vive la población de la comunidad que hoy visita Peña para arrancar el ciclo educativo 2017-2018.
El 21.24 por ciento de la población de 15 años y más en San Pedro de las Anonas, es analfabeta y el 48.83 por ciento de la población de 15 años y más no concluyó su educación primaria.
El 65.88 por ciento de las viviendas habitadas tienen piso de tierra y el 65.76 por ciento no disponen de refrigerador; el 93 por ciento de las viviendas no dispone de lavadora.
El 61 por ciento de las viviendas de los habitantes de San Pedro de las Anonas no tienen servicio de drenaje.
El 71.14 por ciento de la población de esa comunidad que hoy visita el presidente Peña no tiene concluida su educación básica.
La última vez que estuvo en esa comunidad el gobernador Juan Manuel Carreras López fue el día 20 de octubre de 2016.
En su visita, Peña Nieto encontrará un estado que, fuera de la capital, se encuentra hundido en la pobreza y el rezago social, pero en sus discursos, el presidente, el gobernador y el secretario de Educación dirán que vamos avanzando, en síntesis, que los resultados contra la pobreza y a favor de los indígenas “son alentadores”.
Si no lo dicen ellos, obviamente no habría quién lo diga sin enfrentar el riesgo de que le respondan que es una “vacilada”.