Caja Negra: Las desconocidas y bienhechoras propiedades del agua del Lago Mayor

Por Antonio González Vázquez

Ahora resulta que las aguas del Lago Mayor del Parque Tangamanga I están más limpias que una cuenta pública municipal negociada por los impolutos diputados de la Ecuación Corrupta.

Bravo, bravísimo, bravo, el agua del Lago Mayor está tan limpia que hasta se puede ver una moneda de un peso en su lecho, o bien, puede ver reflejado su rostro en esas aguas que semejan un espejo.

Dicen desde el parque que las gorditas de Morales tendrían más “coliformes fecales” que el agua del Lago que goza de más pureza que una chica virginal. Llévela, llévela, agua pura libre de bacterias, llévela para el hogar o la oficina, llévela a su piscina y va una nadadita.

A decir de Marco Sergio Arevalo,  director administrativo de los Centros Estatales de Cultura y Recreación Tangamanga, las gorditas están más contaminadas con heces fecales que las prístinas aguas del Lago.

¿Este burócrata habrá comido alguna vez gorditas en Morales o se nutre solamente de las incoloras, insípidas e inodoras aguas del Lago?

Habida cuenta de la pureza libre de pecado del agua del Lago Mayor, las autoridades del parque deberían explotar al máximo ese milagro para embotellarla y venderla como remedio para la fealdad.

No estaría de más que se organicen procesiones y se rinda tributo a la santísima agua del Tangamanga porque casi-casi-casi no contiene “coliformes fecales”. Es más, hasta se puede utilizar en bautismos y bendiciones de todos los santos.

Esta tan limpia, pero tan limpia, que un buche de agua del parque, más que diarrea, lo que provocará es una sanación integral en cuerpo y alma; es más, hasta los cayos y juanetes van a desaparecer.

Ya está, se ha comprobado; prueba superada, siete laboratorios (No el del IPICYT que de seguro no sirve para nada) han confirmado que la calidad del agua esta a prueba del genio de cualquier triatlonista exigente.

Como sea, las aguas del Tangamanga superan a las del Evián y ni se diga a las Bonafont y está a punto de alcanzar el altísimo estándar de calidad de las purificadoras de la Gallardía.

No cabe duda que en este sexenio si  que todo va y va bien, agua pura y cristalina para nadar.

Y por cierto, ¿cómo está el nivel de calidad del agua que consumen los potosinos? ¿Acaso les importaría eso?

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