Caja Negra: Motilla, el futuro Auditor

Por Antonio González Vázquez

Todos somos Motilla, sería el parafraseo estilo Manuel Barreras Guillén para adelantar que los diputados ya tienen auditor.

La aterciopelada comparecencia de Jesús Motilla Martínez ante diputados sugiere que el presidente del Consejo Ciudadano de Transparencia y Vigilancia para las Adquisiciones  y Contratación de Obra Pública del Estado está ya palomeado para ser elevado a rango de Auditor Superior del Estado.

Los diputados son tan transparentes como reprobatorias son las calificaciones que les ha dado Congreso Calificado en su desempeño. Como los sinodales de los candidatos a Auditor no van más allá del tres de calificación; era de esperarse que en vez de hacer preguntas profundas, agudas y bien construidas, se dedicaran a sobar espaldas y a lustrar egos.

La crónica que de la primera ronda de comparencias hizo el periodista Victoriano Martínez Guzmán no podía ser más clara e ilustrativa del actuar ignominioso de los diputados de la Comisión de Vigilancia. A las órdenes de Motilla, sí señor.

A decir de Motilla, es necesario hacer de la Auditoría Superior del Estado “un tigre”, pero a saldo de su trayectoria al frente del Consejo Ciudadano de Transparencia, no se ve cómo haría para transformar el chiquero de corrupción en tigre. De hecho ese Consejo, frente al gobierno más que tigre semeja un lindo gatito.

¿Alguien recuerda que el Consejo y Motilla hayan descubierto casos de corrupción en el gobierno del estado?

¿Alguien recuerda que Motilla le haya llamado la atención al gobernador por cuanta obra mal hecha, costosa y entregada con retraso?

Pero eso no importa, dirán los diputados que ya traerán la camiseta de Todos Somos Motilla: muchas, pero muchas gracias por registrarse como candidato, es un honor del todo inmerecido. Es un placer escucharlo pero quizá es más grande el placer de verlo, completarían los oficiosos que hasta le ofrecieron “trabajar de la mano”.

Ninguno de los diputados hizo preguntas relacionadas con la Ecuación de Corrupción pues es tanto como hablar de la soga en casa del ahorcado.

Todo apunta que el Congreso está en vías de nombrar un auditor “barco” y comprometido con el poder público, lo que supone que la Auditoría Superior del Estado continuará siendo instrumento de corrupción.

Recién se han cumplido cuatro meses de la Ecuación de Corrupción y la impunidad continúa.

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