Por Antonio González Vázquez
Manuel Barrera Guillén ya no tiene margen de maniobra, políticamente se está quedando solo y muy pronto será una carga insoportable, incluso para Juan Manuel Carreras López; no debe olvidarse que Barrera y el Verde apoyaron la candidatura del doctor y que por tanto, tienen un modo similar de ver la política y el servicio público.
En ese sentido, al gobernador Carreras se le ha hecho tarde para deslindarse de ese tipo de aliados políticos más relacionados con la corrupción que con la honorabilidad que debe caracterizar a un servidor público.
Hace un par de semanas, el ejecutivo dijo de manera muy tímida que quizás Barrera debería solicitar licencia, pero el jefe del Verde no le hizo caso al gobernador y luego advirtió que nadie lo sacará del Congreso.
Va siendo hora de que el gobernador Carreras haga valer su opinión y ordene a Barrera hacerse a un lado pues el caso de los diputados y los moches amenaza con llevar al estado a una crisis institucional severa.
De hecho, Barrera no solo está ya sin apoyos políticos institucionales, sino que sus propios compañeros del Congreso ya han opinado que debe irse.
El hecho de que el Frente Ciudadano Anticorrupción le haya dedicado un desplegado público para exigirle que deje la diputación, debería ser causa de oprobio para el diputado.
Pocas veces ha ocurrido en San Luis Potosí: que un político sea reducido a la condición de paria y le exijan públicamente que deje el cargo. Ni a Toranzo en sus peores días le dedicaron un desplegado así.
Al desplegado publicado ayer, el diputado Barrera no le dio respuesta por ninguna vía y ha quedado ante la opinión pública como alguien que no es capaz de hacer frente a los problemas y/o a las sospechas sobre su actuar.
“Faltas tú” titulaba el desplegado al dirigirse a Barrera de manera ruda pero directa. Si no se va, de plano es porque no tiene vergüenza.
