El 22 de diciembre de 2015 cuando el alcalde Ricardo Gallardo inauguró las obras de rehabilitación de la avenida Universidad, dijo que si tuviera más dinero haría más obras como esa, cuyo costo fue de doce millones de pesos. Y es cierto, si los recursos municipales no se gastaran en tantos medicamentos otra cosa sería. Con el presupuesto de 136 millones 535 mil pesos destinado para que este año se compren medicamentos para los enfermizos empleados municipales, se podría rehabilitar once avenidas como la de Universidad.
“Nos dejaron amarrados, parece que estudiaron para perjudicarme, entrando en octubre no había ni para sueldo, se tuvieron que pagar 12 millones de pesos, en noviembre 22 millones, en diciembre 27 millones y eso es de las cadenas productivas, es decir, todo lo que quedo a deber Mario García Valdez, eso lo pagó el banco y ahora el banco va y me cobra a mi cada mes, eso es lo que tengo que estar pagando , imaginen si esta obra cuesta 12 millones de pesos se pudieran (hacer) otras dos por mes”, dijo el alcalde aquella ocasión a los reporteros.
Pero da el caso de que para el 22 de diciembre cuando dijo eso, ya le había pagado varios millones de pesos a Sandra Sánchez Ruiz por concepto de compra de medicamentos para empleados de confianza del ayuntamiento.
Y no solo eso, se sigue gastando el dinero de los capitalinos en sospechosas compras a carretadas de medicinas. Con el presupuesto anual para medicinas se podría hacer una obra de la magnitud del proyecto de Avenida Muñoz. Pero eso no es posible la prioridad es darle los millones y millones a Sandra Sánchez Ruiz.
Hace unos días, el alcalde inauguró la obra de construcción de un puente peatonal frente a la Plaza Sendero, tuvo un costo de 4 millones 700 mil pesos. Con los 30 millones de pesos que se ha gastado Gallardo en medicinas durante el primer trimestre del año, pudo haber construido al menos cinco puentes iguales.
Es decir, no hay dinero para obras, pero si para Sandra Sánchez y los enfermizos burócratas municipales que salieron más delicados que un bebé de seis meses en plena crisis de influenza.