Por Antonio González Vázquez
107 años después, la pobreza y la desigualdad, flagelos que provocaron el levantamiento revolucionario en México, permanecen como una realidad que es imposible ocultar.
En la ceremonia oficial del aniversario del Movimiento de Revolución de 1910, el gobernador Juan Manuel Carreras López dijo que lo urgente es derrotar la pobreza y, también, garantizar la igualdad de todos los ciudadanos.
Por supuesto, esa es simple retórica, la misma que se ha repetido año tras año desde hace más de un siglo.
Esta es la realidad del San Luis ajeno a los discursos de los políticos y gobernantes.
Población en situación de pobreza: 1 millón 267 mil 700 que representa el 45.5 por ciento de la población total.
Población en situación de pobreza moderada: 1 millón 053 mil 900 que representa 37.8 por ciento.
Población en situación de pobreza extrema: 213 mil 800 que representa 7.7 por ciento.
Más.
686 mil potosinos son vulnerables por carencias sociales.
221 mil 700 potosinos son vulnerables por ingresos.
Solamente 609 mil 600 potosinos no son pobres ni vulnerables, es decir, el 21.9 por ciento. El resto de la población presenta una situación de pobreza y vulnerabilidad.
Esos datos del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social demuestran que la revolución no cambió gran cosa las condiciones de vida de la gente, hay demasiada pobreza como para pretender esconderla con discursos oficialistas y demagógicos.
La tarea que dejó para las nuevas generaciones el movimiento armado de la Revolución Mexicana, consiste en erradicar las desigualdades y consolidar el desarrollo y progreso del país, dijo ayer el gobernador.
Lo dicho, 107 años y la tarea no solo está incompleta, sino también mal hecha.