Por Antonio González Vázquez
Los partidos políticos y las elecciones son cada vez más costosas, mientras que los servidores públicos que resultan de los procesos electorales siguen siendo tan ineficientes, ineficaces, incompetentes y probablemente corruptos como siempre.
Se invierte demasiado dinero para que al final se tenga gobernantes y representantes populares más orientados al escándalo que al servicio público. Se gasta mucho dinero público en gente que es incapaz de generar gobiernos e instituciones de calidad.
En 2015, cuando fue el más reciente proceso electoral local, se ejercieron recursos por 345 millones 503 mil pesos. Luego, en 2016 se destinaron 176 millones 600 mil pesos y para 2017, se ejercen 245 millones de pesos al considerarse el inicio del proceso del 2018.
Para los comicios de 2018, el presupuesto será de 342 millones de pesos, mismos que se repartirán así:
1.- Prerrogativas a partidos políticos y candidaturas independientes por la cantidad de 133 millones 475 mil 899.54 pesos.
2.- Gasto ordinario de CEEPAC por la cantidad de 66 millones 675 mil 277.56 pesos.
3.- Proceso electoral por la cantidad de 71 millones 207 mil pesos.
4.- Por convenio con el Instituto Nacional Electoral, 72 millones 487 mil pesos.
Se gasta mucho dinero que luego no es compensado a la sociedad con buenos gobernantes o servidores públicos honestos y competentes. Se gasta muchísimo dinero y nada mejora para los ciudadanos.
Pareciera que es dinero tirado a la basura, basta ver el deplorable ejemplo de los diputados holgazanes e improductivos o a presidentes municipales tan corruptos como soberbios.
Haciendo tanta falta el recurso público en una entidad con más de un millón de pobres y ese dinero, mejor dilapidándose en elecciones donde se suele elegir a payasos, bufones o hasta semidioses.
