Caja Negra: Un diputado de cínico a descarado

Por Antonio González Vázquez

Hacía largo tiempo que no había expresiones de rechazo tan contundentes como las que se han proferido en contra de Manuel Barrera Guillén. Fuera, fuera, fuera le han exigido con un claro tono de desprecio.

Es probable que en la historia reciente del hastió ciudadano, el repudio a Manuel Barrera sea semejante al que en su momento se expresaba contra Marcelo de los Santos Fraga en casos emblemáticos como el de UNICRER y Minera San Xavier.

De eso ya ha pasado mucho tiempo y es hasta ahora con Manuel Barrera cuando se da otro ejemplo de reprobación generalizada a un político. De hecho solo falta que en alguna sesión próxima le lancen un zapato como le sucedió a Fernando Toranzo en un informe de gobierno.

No es que Manuel Barrera tenga muchas “agallas” sino que es en extremo cínico.
Ayer, el salón de plenos del Congreso retumbó con el airado declamo de “faltas tú, faltas tú” en clara alusión a sus compañeros de la Ecuación de Corrupción que desde hace semanas solicitaron licencia para dejar el cargo.

A Manuel Barrera le silbaron, lo abuchearon y le exigieron que se vaya. Pero no se va dado que su hipocresía es superlativa, es en extremo, cínico.

Es cierto que puede resultar inexplicable que ante tan avasalladoras muestras de repulsa social, Manuel Barrera se aferre al cargo, pero bien mirado, eso se explica con el hecho de que a un cínico no se le puede pedir que deje de ser como es.

Antes de la sesión de ayer a Manuel Barrera ya le habían hecho sentir su suerte lo que le obligó a encerrarse en el Congreso o en su caso a huir despavorido de la gente, pero lo de ayer fue mayúsculo.

Lo que el legislativo calificaría como el acto más trascendente que han hecho en casi dos años, como lo fue la eliminación del fuero, debió tener un sabor amargo porque al presidente de la Mesa Directiva le dieron trato de político corrupto.

Para Manuel Barrera la pesadilla no ha terminado. El Frente Ciudadano Anticorrupción continuará exhibiéndolo como caso ejemplo de corrupción, al mismo nivel que Enrique Flores, Oscar Bautista y Guadalupe Torres.

Por medio de desplegados públicos y peticiones formales entregadas por escrito al Congreso y también, con declaraciones a la prensa, muchos le han espetado a Manuel Barrera su impudicia por negarse a pedir licencia.

Quien sabe hasta cuando seguirá soportando que se le vea como un paria.

 

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