El alcalde de la ciudad, Ricardo Gallardo Juárez tiene la obligación de escuchar a los ciudadanos y atender sus reclamos. No solo hay que atender a los que les regala tortillas o les entrega dádivas, sino a quienes le exigen que gobierne bien, con transparencia y honestidad.
Está obligado a escuchar aunque le fastidie lo que le pregunten, es funcionario público y primero está el interés del público, no el de él.
El presidente municipal está obligado a contestar a doña Concepción Calvillo viuda de Nava lo que ella y 73 potosinos más le preguntaron por escrito sobre Sandra Sánchez Ruiz y la compra de medicamentos para personal de confianza.
Ocho meses después de haber iniciado su gobierno en la capital son suficientes para que Ricardo Gallardo por fin entienda que San Luis Potosí no es Soledad y que no puede hacer lo que le plazca.
Ayer integrantes del movimiento navista entregaron un escrito en el que le exigen al alcalde una explicación sería acerca del pago de más de 34 millones de pesos a Sandra Sánchez Ruiz. Los navistas le preguntan a Gallardo lo que se niega a contestar con claridad, exactitud y veracidad. La respuesta que dio a la sociedad con documentos no oficiales y elaborados ex profeso, son de hecho una burla.
Es significativo que doña Concepción Calvillo presente su domicilio particular para recibir la respuesta del alcalde. A unos les podrá mentir o pretenderá engañar, ¿intentará lo mismo con doña Conchita?
“Han pasado más de 50 días desde que esta adquisición fue revelada, por lo que es necesario recordarles que cada día que pasa, el silencio de ese Cabildo ante situaciones irregulares como la que nos ocupa, los convierte en cómplices de actos en contra del interés general. Les exigimos que actúen como auténticos representantes populares, y adopten las medidas necesarias para frenar actitudes autoritarias”, precisa una parte del texto.
Hace unos días, Elena Poniatowska al recibir el doctorado honoris causa por la UASLP, lo dedicó a la memoria de Salvador Nava y a los que en su familia y en la sociedad, lo acompañaron en la lucha por la democracia contra el régimen.
Esa misma parte de la sociedad es la que le está exigiendo a Ricardo Gallardo que informe con claridad sobre el tema. El alcalde tiene el derecho de contestar o no, pero no tiene el derecho de burlarse de la gente.
Ayer por la mañana, Gallardo fue cuestionado sobre el caso de Sandra Sánchez y visiblemente molesto, respondió que “ya es puro darle con lo mismo, ya hablamos (de eso) mil veces”.
Con esa respuesta, resultó ineludible recordar el ridículo del “ya chole” de Enrique Peña Nieto que pretendió aplastar las protestas en su contra por gobernar tan mal. Solo en México pasan estas cosas.
Le dices al ciudadano: eres libre, estamos en democracia, pero ni abra la boca ni pregunte nada de lo que hace el alcalde que para eso es el alcalde.
Si no están dispuestos a gobernar bien, de frente a la sociedad y con honestidad ¿entonces para qué se meten al servicio público?
Salvador Nava decía que un gobierno democrático es el que incluye a los ciudadanos y que un gobierno responsable, es el que respeta la dignidad de sus gobernados. Eso, al menos, no se ha visto en ocho meses de gobierno en la ciudad.
