Cambia de color geografía electoral

Una oposición fragmentada y un Partido Revolucionario Institucional (PRI) que, solo o en coalición con el Partido Verde Ecologista de México (PVEM), vuelve a ser preponderante en la mayor parte del territorio mexicano fueron los resultados de las pasadas elecciones federales intermedias. Para algunas fuerzas políticas la situación no cambió mucho, pero otras perdieron sitios clave de poder.

En 11 de las 32 entidades federativas los colores partidistas cambiaron desde las últimas votaciones. Baja California, Coahuila, Colima, Guerrero, Nuevo León, Oaxaca, Querétaro, Sonora, Tamaulipas, Tlaxcala y de manera sorpresiva el Distrito Federal, fueron las entidades que decidieron cambiar al partido en turno, al menos en la elección de diputados federales.

El 7 de junio casi todas las fuerzas políticas ganaron espacios, pero perdieron en otros sitios al mismo tiempo. Baja California, Colima, Nuevo León y Querétaro, la mayoría de los ciudadanos decidió no votar por el PRI como había hecho en 2012 y prefirió dar una nueva oportunidad al PAN.

Lo contrario sucedió en Coahuila, Sonora y Tamaulipas, estados que cambiaron de azul a tricolor. No sólo eso, el PRI le arrebató Guerrero, Oaxaca y Tlaxcala a la izquierda .

Morena le quitó al Partido de la Revolución Democrática (PRD) su lugar como la primera fuerza de izquierda en el Distrito Federal. El partido encabezado por Andrés Manuel López Obrador tuvo uno de los mejores debuts electorales y contará con casi 40 diputados en la Legislatura que comenzará a partir del 1 de septiembre de este año.

En contraste, el PRD pasa por una de sus peores crisis. Su bancada disminuirá a casi la mitad en la Cámara de Diputados y su liderazgo de izquierda en México ha quedado en duda después de los resultados obtenidos.

La mayor pérdida

Desde la llegada de Cuauhtémoc Cárdenas a la Jefatura de Gobierno del Distrito Federal en 1997, la capital del país se convirtió en el principal bastión perredista, pero en este año la situación cambió drásticamente para el partido del Sol Azteca.

En la elección de diputados federales, Morena consiguió la mayoría de los sufragios. El mismo efecto se reflejó en la votación local, donde el partido de color marrón ganó cinco delegaciones, entre ellas Cuauhtémoc, considerada el corredor económico más importante de la ciudad de México. El PRD sólo pudo retener seis de las 14 delegaciones que todavía gobierna. Morena derrocó al rey.

Las demás delegaciones se repartieron entre la oposición: tres para el Partido Revolucionario Institucional (PRI) y dos para el Partido Acción Nacional (PAN).

Efecto Ayotzinapa

En septiembre del año pasado los medios nacionales e internacionales fijaron su mirada en el sureste de México. Las noticias reportaban que en Iguala, municipio de Guerrero, después de un enfrentamiento entre estudiantes de la Escuela Normal de Ayotzinapa y policías municipales, más de 40 alumnos estaban en calidad de desaparecidos. La cifra final se cerraría en 43.

Después de un sinfín de movilizaciones y de que los ciudadanos denunciaran la complicidad entre autoridades y miembros del crimen, el 7 de junio llegó con una serie de interrogantes sobre cuál sería el partido que seguiría dominando el estado. Las consecuencias de lo ocurrido durante el último año no fueron sólo para el gobierno federal, sino también para el PRD, partido gobernante tanto en el municipio como en el estado en donde ocurrieron los hechos.

Guerrero dejó de ser color amarillo. Sus habitantes le otorgaron cerca del 40% de los votos a la coalición del PRI-Verde.

Empresarios se pintan de azul

Desde finales de 2013 Querétaro comenzó a consolidarse como uno de los sitios clave para la industria automotriz y aeroespacial. Su valor para la economía mexicana se ha vuelto esencial y los partidos políticos lo saben.

En 2012 el PRI se colocó a la cabeza en las elecciones, con un 40% de los votos, el partido revolucionario era nombrado ganador en la entidad. Tres años después la situación es totalmente opuesta. Con el mismo porcentaje de votos, el PAN logró conquistar Querétaro, estado ubicado en una de las regiones del país que contribuye con el 21% del PIB nacional.

Pero el partido tricolor no sólo perdió ese importante centro empresarial. Nuevo León, uno de los estados de mayor desarrollo económico en México, tuvo una elección sin precedentes. El cargo a gobernador fue ganado por Jaime Rodríguez Calderón, candidato independiente, y conocido comoEl Bronco, y en lo que respecta a la elección de diputados federales el estado se pintará ahora de blanquiazul.

La unión entre el PRI y el Partido Verde Ecologista no fue suficiente para retener a los votantes del estado norteño. El 33% de los sufragios emitidos en este territorio donde se han desarrollado empresas como Cementos Mexicanos (Cemex) y Fomento Económico Mexicano (Femsa) fueron para el PAN.

Pero a pesar de estos dos importantes triunfos, el partido que gobernó durante el sexenio pasado únicamente logró conquistar siete de los 32 estados que conforman México.

Chiapas verde

Aunque el PRI ganó estados como Tamaulipas, Oaxaca o Nayarit sin necesidad de ir en alianza con otra fuerza política, en la mayoría de los casos recurrió a su aliado verde para poder alzarse como ganador en los comicios pasados.

Hace tres años, el PRI pudo ganar sin ayuda Campeche, Chihuahua, Durango, Hidalgo y Sinaloa, en este proceso electoral decidió unirse con el PVEM para conservar sus triunfos.

Chiapas, uno de los estados más pobres y marginados del país, presenta el caso más especial de esta alianza. A diferencia del resto de los lugares en donde la coalición ganó, en la entidad gobernada por Manuel Velasco el PVEM aportó la mayor parte de los votos.

Si el Verde hubiera competido sin el PRI, también hubiera ganado. De acuerdo con los cómputos distritales, el PVEM obtuvo 689 mil 62 votos y el PRI logró 360 mil 448. La suma de ambos significó casi 70% de los votos para diputados federales en Chiapas: carro completo.

La alianza PRI-PVEM también conservó su dominio en estados con episodios de violencia en meses recientes como Jalisco y Michoacán. Además logró retener Puebla, Quintana Roo, San Luis Potosí, Veracruz, Yucatán, Zacatecas y el Estado de México, cuna política del presidente Enrique Peña Nieto.

Izquierda se reconfigura

El PRD no sólo perdió la capital del país. También dejó de ser la primera fuerza en Guerrero, Oaxaca y Tlaxcala. Apenas logró conservar Morelos y Tabasco, en alianza con el Partido del Trabajo (PT), pero con menores porcentajes de votación que los obtenidos en 2012.

Morena se colocó a la cabeza de los partidos de este espectro ideológico en 15 estados más. Movimiento Ciudadano hizo lo propio en Jalisco, Nuevo León y Tamaulipas y el Partido del Trabajo, en Durango.

El PRD sólo se mantuvo como el principal partido de izquierda en 13 entidades. El sol azteca fue desbancado y quedó como la tercera fuerza de izquierda en lugares como Sonora, Tlaxcala y Baja California, donde fue superado por Morena y Movimiento Ciudadano.

 

El Universal
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