Campañas electorales: entre alianzas y efecto Covid-19

Por Victoriano Martínez

La expresión fue fuerte, pero prevaleció: “No vamos a permitir que impongan un cabrón que es narcotraficante”, gritó uno de los manifestantes la noche del martes 10 en las oficinas del Consejo Estatal Electoral y de Participación Ciudadana (CEEPAC), cuando se intentó evitar el registro de una coalición encabezada por MORENA que incluía al PVEM.

Pasadas las 9 de la noche de este martes 17, el 89 por ciento de los participantes en la asamblea del Consejo Nacional de MORENA votó por rechazar el acuerdo de coalición con el PVEM para los cargos de elección estatales que habían solicitado registrar exactamente una semana antes ante el CEEPAC.

Los argumentos presentados contra esa coalición no distaron mucho de la expresión de aquel manifestante, ahora con relación al PVEM: “es un partido en descomposición integrado por personajes que se integraron a éste y que conforman una camarilla que recientemente se encontraba en el PRD local, es decir, no son propiamente un partido como tal, sino un grupo de intereses particulares”.

Si bien al interior de MORENA el capítulo relacionado con Ricardo Gallardo Cardona podría darse por cerrado, para algunos personajes –como Gabino Morales y el precandidato Leonel Serrato– a quienes se relacionó con la gallardía se abre el epílogo de la historia en el que habrá de perfilarse su nuevo papel: ¿correrán la misma suerte o se abrirán paso como plan B?

Definida la situación de la frustrada coalición, a Gallardo Cardona ya le quedó claro que para su aspiración a ser gobernador sólo contará con la postulación del PVEM, y así quedó manifestada en la expresión que publicó en su página de Facebook apenas unos minutos después de que se conociera la determinación de MORENA.

“Nuestra única alianza es con el pueblo de SLP!”, escribió y acompañó la frase con una fotografía sentado en un tapanco frente a un numeroso grupo de personas.

Atrás quedaron los intentos de minimizar y descalificar a los militantes y dirigentes locales de MORENA, las presiones de la dirigencia nacional del PVEM y los patéticos llamados de Jesús Emmanuel Ramos Hernández, dirigente local del Verde, a “los verdaderos morenistas” a evitar que “por presiones e intereses ajenos a la cuarta transformación, se derrumbe una lucha de años que tiene el único objetivo empoderar al pueblo”.

“Nuestra única alianza es con el pueblo de SLP!”, asegura ahora Gallardo Cardona, mientras publica infinidad de fotografías con la pretensión de exhibir un impresionante músculo de apoyo popular, que no es más que la misma estrategia de movilización con la que fracasó su padre en 2018, con una agravante: la pandemia transforma su precampaña en una criminal fuerza de contagio.

¿Qué personaje es capaz de presumir una alianza con el pueblo, cuando lo que hace es someterlo a un alto riesgo de contraer el coronavirus, justo cuando hay un repunte en el nivel de contagios de Covid-19 que ha hecho retroceder el semáforo sanitario?

Cuando el INE lo llamó a no utilizar la pandemia para su promoción personal precoz, Gallardo Cardona mantuvo sus publicaciones e incluyó una imagen con la frase desafiante “no importa que me sigan sancionando, yo seguiré apoyando”.

Laura Elena Fonseca Leal, presidenta del CEEPAC, ha hecho un llamado a los precandidatos a cuidar la salud de la población por encima de todo y advirtió tímidamente que tomarán evidencia de incumplimientos a las medidas sanitarias, formarán carpetas y avisarán a las autoridades de Salud.

Hasta ahora sólo la precampaña de Gallardo Cardona ha dejado ver tan abiertamente su poco respeto por la salud de la población, al grado de que su página de Facebook constituye la mayor evidencia (sin necesidad de que la investigue el CEEPAC) para que sea sancionado y llamado al orden, pero sobre todo como adelanto de lo que está por ocurrir con el resto de los aspirantes.

Ante los tímidos llamados de las autoridades sanitarias y electorales, todo indica que la reacción de Gallardo Cardona –y de los demás aspirantes– será, con sus actos, un “no importa que se sigan contagiando, mi campaña sigue avanzando”.

“Nuestra única alianza es con el pueblo de SLP!”, escribió Gallardo Cardona para justificarse a sí mismo ante el fracaso de encabezar la coalición con MORENA, pero sin la más mínima convicción. La expresión vale cuando es genuina, no cuando con actos se le contradice.

Un inesperado efecto Covid-19 sobre las campañas electorales: hoy no es mejor candidato el que reúne multitudes a ovacionarlo porque reunir a muchas personas es un indicador de irresponsabilidad. Hoy el mejor candidato será el que pueda comunicar mejor su propuesta de gobierno sin poner en riesgo la salud de los electores.

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