Antonio González Vázquez
El Partido Acción Nacional tiene enfrente el riesgo de quedarse sin candidato a la presidencia municipal de San Luis Potosí. De hecho, en este momento, su candidato, no tiene derecho al registro ante las autoridades electorales locales.
Su candidato, Xavier Nava Palacios ha sido sancionado por el Consejo General del Instituto Nacional Electoral por presuntas irregularidades (confirmadas por el INE) en los informes de gastos e ingresos en el proceso de obtención de apoyos ciudadanos para su candidatura independiente.
En los hechos, en este momento. Nava Palacios no tiene derecho a ser registrado y si ya hubiese sido registrado, éste se anularía. Actualmente el Consejo Estatal Electoral está en la revisión de los registros de los candidatos y a finales de mes resolverá. Lo que resuelva el CEEPAC queda en segundo término.
Lo que importa ahora es lo que defina el Tribunal Federal Electoral en respuesta al recurso de impugnación presentado por Nava Palacios el pasado lunes. Alega que cumplió en tiempo y forma.
No puede haber peor para un candidato que litigar ante los tribunales su derecho a contender y más aún, si el caso tiene que ver con violaciones a la ley por parte del propio candidato.
Las dirigencias del PAN y del MC, así como el candidato pueden fijar posiciones políticas y públicas que ellos quieran, pero lo cierto es que hoy no tiene derecho a ser candidato a la presidencia municipal.
Tan sorpresiva sanción es la cereza en el pastel del blanquiazul que, en este proceso electoral 2018 se ha esmerado en hacer todo mal en un innegable marco de división interna.
Por semanas y semanas, el partido coqueteó con la idea de ir en alianza con Ricardo Gallardo, por semanas, la dirigencia estatal encabezada por Xavier Azuara manejó al partido como quiso sin considerar los riesgos de fractura.
El partido se dividió entre quienes veían como “natural” la alianza con Gallardo y quienes veían eso como una afrenta.
La postulación de Xavier Nava es el resultado de esa lucha interna. Como no podría ser de otra manera, la candidatura nació débil y con pocas oportunidades de crecimiento, los grupos, la dirigencia y la militancia ven todo diferente y cada quien gana por su lado.
El escenario no puede ser más oscuro: un partido que debiera estar, junto con su candidato, en pleno trabajo de organización para constituirse en una verdadera fuerza electoral, debe perder días y muy probablemente semanas, en resolver un litigio de su candidato.
Como el TRIFE no va a resolver ni hoy ni mañana, resulta previsible que habrá tensión, nerviosismo y una enorme incertidumbre sobre lo que pueda ocurrir. Resarcen los derechos de Nava o se quedan sin candidato.
El golpe para Nava Palacios es brutal y pegó en el ánimo de todos. En la rueda de prensa de ayer en las oficinas del partido había rostros de preocupación; la candidatura está detenida con alfileres.
Enderezar a rajatabla culpas al Consejo General del INE no es la salida.
Tal vez debería hacer Nava un ejercicio de autocrítica para reconocer que fue un error utilizar la candidatura independiente para lanzar el anzuelo al PAN.
La candidatura independiente fue utilizada como estrategia y no como una forma legítima de alcanzar la alcaldía.
Nunca tomó en serio, no lo hizo con compromiso como por ejemplo, Jesús Monsiváis y otros más; la usó como trampolín, como vitrina para hacerse notar. Buscó la candidatura de un partido en profunda crisis interna y buscó la candidatura de un partido con gente que maltrató al Doctor Salvador Nava.
No es culpa del INE lo que está pasando, pasa por la responsabilidad de Nava Palacios, que hasta no hace mucho tiempo era parte del gallardismo.
Ahora dice en tono arrogante que no hay mal que dure cien años y que a Gallardo le quedan menos de cien días.
Gran frase que si hubiese recorrido el camino hasta ser candidato independiente, sonaría más creíble e incluso, esperanzadora.
