Casi 800 millones de personas pasan hambre en el mundo

No tienen un plato de comida y eso les priva de oportunidades en la vida. Son casi 800 millones las personas que están en esta situación en el mundo. Pasan hambre. Y no tener qué comer significa mucho más que un estómago vacío. Significa pobreza y un futuro con las ventanas más pequeñas que el resto, que lastra a generaciones enteras, países enteros. Por eso, el reto de todos es muy grande. “Tenemos que romper la herencia del hambre”, afirma Antonio Salort-Pons, director de la oficina en Madrid del Programa Mundial de Alimentos (PMA).

Son 216 millones de personas menos que en 1990-92, según el informe anual de la ONU sobre el Estado de la Inseguridad Alimentaria en el Mundo (SOFI, en sus siglas en inglés), que se ha presentado esta mañana. Y es verdad que las conclusiones del documento encierran un dato positivo: que el hambre en el mundo se ha reducido en el último cuarto de siglo del 23,3% al 12,9%. Pero, pese a ello, no hay que olvidar que uno de cada nueve habitantes del planeta no tiene apenas nada que llevarse a la boca.

“Podemos decir que esta reducción es positiva, pero no hay que relajarse porque sigue habiendo 795 millones de personas sin acceso a alimentos para poder desarrollar una vida física e intelectual. Queda mucho trabajo por hacer. Mientras haya hambre habrá países que no se podrán desarrollar”, advierte Salort-Pons, en una entrevista con ELMUNDO.es.

“Para acelerar la reducción del hambre hay que generar crecimiento económico inclusivo, reducir los conflictos armados, que no haya crisis prolongadas, aumentar la inversión en producción agrícola, generar oportunidades para la agricultura familiar y el acceso a los mercados, introducir la alimentación escolar, con lo que muchos niños de la calle pasarán a ir al colegio y, con el estómago lleno, estudiarán mejor y podrán desarrollar una profesión…” enumera el jefe del PMA en Madrid. “Si impulsamos todas estas medidas podremos acabar con el hambre en nuestra generación”, añade.

Compromiso político

Según el SOFI, 72 países -de los 129 monitorizados por la Agencia de la ONU para la Agricultura y la Alimentación (FAO)- han conseguido alcanzar el objetivo de reducir a la mitad la proporción de subnutrición crónica en 2015, recogido en los Objetivos de Desarrollo del Milenio. La región del África Subsahariana es el reducto de mayor prevalencia de subnutrición del mundo, según el informe, que han elaborado la FAO, el PMA y el Fondo Internacional de Desarrollo Agrario (IFAD), todas agencias de la ONU. Mientras, los mayores logros en la lucha contra el hambre se han conseguido en el Sureste, centro y este de Asia, América Latina y el Caribe y algunas partes de África. “Este progreso nos muestra que podemos lograr el objetivo del hambre cero”, incide Salort-Pons.

Fátima, quien huyó de Duma, en Siria, da de comer a su hija. Abeer Etefa PMA

Para ello, es importante el compromiso político de todos los países para reducir los conflictos y las crisis prolongadas, como las que azotan a Siria, Irak, Sudán del Sur, la República Centroafricana, los países que sufren el ébola y Nepal, cuando se cumple un mes del terremoto. En todas ellas trabaja el PMA, que asiste en total a 80 millones de personas en situación de inseguridad alimentaria en el mundo.

“Tenemos que conseguir que la lucha contra el hambre siga estando muy arriba en la agenda política tanto de los países desarrollados como de los países en vías de desarrollo. Que se vea a esos 785 millones de personas prioritarias para sacarlas de esa situación”, reivindica Salort-Pons. “El hambre tiene un efecto negativo en el PIBde los países de hasta un 8%. Cada día que fallamos le fallamos a una generación. Hay que conseguir que que el hambre no se herede”, resume el director de la oficina del PMA en Madrid.

El Mundo

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