Ciudad de México (13 de enero de 2016).- Aunque “El Chapo” Guzmán dio mucho que temer a México, ver al criminal aventajando al gobierno, que para muchos es una institución en la que no se puede confiar, se volvió un pasatiempo preferido por los mexicanos.
Justo cuando el gobierno logró capturar al fugitivo líder criminal, cuya brutalidad y corrupción de funcionarios públicos lo mantuvieron libre por años, inició un circo al revelarse que el narcotraficante había concedido una entrevista al actor Sean Penn, además de haber planeado una película sobre sí mismo mientras evadía la justicia, indica el rotativo.
“El alimento para las primeras planas en todo el país generó una compleja mezcla de júbilo, incredulidad y desilusión”, que según el New York Times, es un reflejo de la división entre los mismos mexicanos.
Muchos parecieron tomarlo como justificación para dirigir su duradero cinismo hacia el gobierno y su habilidad para combatir narcotraficantes que frecuentemente parecen no sólo estar por encima de la ley sino también ser más extraños que la ficción, asegura el diario norteamericano, y añade que la desesperanza parece haber encontrado un escape en el humor, toda vez que las redes sociales se inundaron de bromas tanto de la captura como de la entrevista, claro ejemplo de ello fue el hashtag #NoSeanPendejos en Twitter.
Pero de acuerdo con el New York Times, el apoyo generalizado a la extradición de Guzmán Loera a los Estados Unidos, tras años de resistencia gubernamental a dicho acto, fue un reconocimiento de la preocupación continua sobre la corrupción y debilidad del gobierno mexicano. Tanto la captura como la publicación de la entrevista han alimentado la persistente imagen de México como una nación atrapada en la caótica guerra contra el narcotráfico. Los líderes, con sus recursos, egos y apodos, continúan atrapando la imaginación del mundo.
La fascinación por los narcotraficantes, la apología al crimen, no son buenas noticias para las autoridades que intentan hacer parecer distinto a México, un país en medio de reformas y un creciente centro cultural y turístico con un gobierno responsable, explica el medio norteamericano.
Para el periodista y autor Hector de Mauleon, más allá de la cantidad de muertos de la última década se encuentra el hecho de que los carteles continúan como fuerzas corruptoras que ejercen su control sobre cada nivel del gobierno y que, a diferencia de éste, no son sujetos a la alternancia, al cambio de mando y jugadores, son una fuerza bastante más permanente, asegura al New York Times.
Fuente: NW Noticias.