Consejo Hídrico Estatal apoyará al ejido El Peyote para realizar un estudio preventivo

Estela Ambriz Delgado

Los impactos de un proyecto carretero como el Entronque 75 D Matehuala deben quedar claros para la población que será afectada, principalmente en materia de agua y medio ambiente, dado que incide de manera directa en múltiples aspectos de su vida diaria y actividades económicas, por lo que el Consejo Hídrico Estatal colaborará en el caso del ejido El Peyote con un estudio preventivo que pueda ser ampliado por las instancias correspondientes a nivel federal.

Debido la inquietud manifestada por la asamblea ejidal de tratar de negociar que la empresa Infraestructura Potosina de Carreteras les pague un mejor precio e incluya obras hidráulicas prioritarias, el presidente del Consejo, Jonathan Quintero García, participó en la reunión que sostuvieron integrantes del comisariado y ejidatarios con el representante de la Procuraduría Agraria en el estado, Álvaro Pineda Maldonado, y personal del área jurídica el miércoles 11 de junio.

En su intervención, Quintero García expresó que es necesario evitar que suceda como en el caso del ejido Corcovada, que la Manifestación de Impacto Ambiental (MIA) ni siquiera era un documento para tomarse en serio, ya que se trataba de una copia de un proyecto de Guanajuato, y por otra parte prever los efectos colaterales en el aspecto socio ambiental.

En este sentido, hizo mención de los riesgos en el tema hídrico, pues las obras pueden incluso afectar las escorrentías, cambiarlas, generar inundaciones donde antes no había, generar una mayor sequía, así como contaminar los mantos freáticos debido a las perforaciones que se hacen.

El también investigador puntualizó que todos esos impactos deben quedar bien estipulados y claros ante la comunidad, porque estas consecuencias socio ambientales suelen omitirse, y es fundamental que los pobladores estén conscientes de a costa de qué se generaría el proyecto, y en caso de lograr un acuerdo, se les garanticen obras que realmente sean parte de la mitigación de esos impactos que puede generar la propia vía.

En el caso concreto de la petición de que se perfore un pozo, indicó que la obra va más allá de sólo la perforación, pues se tiene que analizar la calidad de esa agua, dado que muchas veces naturalmente contiene minerales que son nocivos para la salud; si el agua no fuera de calidad, a eso se le tiene que añadir una planta de potabilización para tratar esa agua y que la empresa no lo use como excusa para para no dar el apoyo.

“Hay que hacer todo un análisis porque no solamente es la carretera y ya, son una serie de modificaciones superficiales y subterráneas, porque incluso si hacen el trazo y les modifican subterráneamente, a lo mejor los estudios de los pozos que tienen ya ni siquiera van a ser igual, porque las escorrentías que iban por debajo van a ser modificadas, entonces se tendría que hacer nuevamente un estudio para que los escurrimientos naturales no sean obstruidos y sigan su cauce. Eso les mueve muchas cosas, no solamente el agua, trae problemas económicos, de salud, de las actividades agricultura, ganadería, entre otras”.

Por ello, el acuerdo en esta reunión fue que el consejo realizará una exploración en el área y un estudio preventivo, que pueda llevarse a la próxima reunión que los ejidatarios tendrán con el procurador agrario nacional Víctor Suárez Carrera, personal de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), para solicitar que esta y la Comisión Nacional del Agua (Conagua) apoyen en un estudio a fondo, para que se conozcan las implicaciones antes de que se construya.

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