Por Victoriano Martínez
Y de pronto recordó su pasado como secretaria de Salud y responsable de las medidas para atender la contingencia provocada por el Covid-19 y descubrió en campaña ajena que sus contrincantes violan los protocolos establecidos para evitar la propagación del virus en sus actos de proselitismo.
Mónica Liliana Rangel Martínez, candidata de Morena a la gubernatura, acusó ante el Tribunal Estatal Electoral a sus contrincantes Octavio Pedroza y Ricardo Gallardo de transgredir la norma electoral y los protocolos emitidos por el CEEPAC, por el riesgo de la propagación del virus, para garantizar la salud de la ciudadanía durante las campañas de proselitismo.
Un señalamiento que igual podría aplicarse a diversos de los actos que ella misma ha protagonizado y que, de entrada, está más que cantado que la autoridad electoral no tomará ninguna medida, por más que el Tribunal le haya ordenado investigar, de acuerdo al contenido de los protocolos sanitarios que aprobó el pasado 1 de febrero.
El Protocolo Sanitario y Guía para su Implementación que los consejeros electorales aprobaron incluye un apartado tipo FAQ (Preguntas frecuentes), en el que se incluye la siguiente pregunta con su respuesta:
- El CEEPAC emitió un Protocolo sanitario para garantizar la salud de la ciudadanía durante las etapas de obtención de respaldo ciudadano, precampaña y campaña del proceso electoral local 2020-2021, ¿qué consecuencias tendrá para los partidos políticos / candidaturas el incumplimiento de éste?
El protocolo establece un conjunto de buenas prácticas para la realización de las actividades de campaña, y éste tiene como objetivo minimizar los riesgos para la salud de las personas que participen. La ejecución y cumplimiento de estas buenas prácticas queda a decisión de los diversos actores políticos y de las personas que decidan participar en estos actos de campaña, ya que la autoridad electoral carece de facultades para aplicar sanciones en temas como el riesgo sanitario que representan las reuniones de personas ante la contingencia sanitaria por virus COVID-19. (Subrayado nuestro)
Un protocolo que ni el propio CEEPAC ha cumplido y que Rangel Martínez podría acreditar que ella sí lo ha hecho si presentara públicamente los formatos NOT-CAMP-PEL-2021 con los que reportó a las autoridades electorales sus eventos para el “registro voluntario de actos y eventos proselitistas de campaña”. Se trata de uno de los tres formatos de seguimiento al protocolo.
El segundo formato es el COT-CAMP-PEL-2021 para identificar en medios de comunicación difundidos a través de redes sociales los posibles actos o eventos proselitistas de campaña que contravienen los protocolos emitidos por el CEEPAC.
El tercer formato es el INF-CAM-PEL-2021 para remitir a representaciones partidistas, candidaturas independientes y al propio Consejo un informe quincenal pormenorizado respecto de actos o eventos proselitistas de campaña que contravienen protocolos emitidos por el CEEPAC.
En el punto 10.1 del Protocolo Sanitario y Guía para su Implementación señala que “la Secretaría Ejecutiva del Consejo, tomará conocimiento de los informes que le sean remitidos por las Secretarías Técnicas de los organismos electorales e integrará el informe general, el cual presentará ante el Pleno del Consejo”.
Han pasado 50 días desde el inicio de las campañas por la gubernatura y aunque los informes que darían cuanta, entre otras cosas, de “en cuántos actos o eventos se pudieron identificar conductas de contravención a las disposiciones contenidas en los protocolos”, en las ocho sesiones del CEEPAC posteriores al 4 de marzo no se ha presentado ninguno.
De haber cumplido los partidos, los candidatos y, sobre todo, las autoridades electorales con los informes conforme a los protocolos por ellos mismos aprobados, lo que hoy pide el Tribunal Electoral que el CEEPAC investigue tras la denuncia de Rangel Martínez ya habría quedado expuesto públicamente en cuando menos tres ocasiones.
Una actitud por parte de quienes integran el órgano electoral en la que exhiben extremo cuidado en no incomodar a partidos ni a candidatos, al grado de dejar a la voluntad de éstos el tomar las medidas sanitarias que se requieren ante la pandemia con el argumento de un incentivo hasta ridículo:
“Las y los candidatos, tanto de partidos políticos como independientes, necesitan que sus militantes, que las y los ciudadanos que simpatizan con sus propuestas de gobierno, estén saludables y puedan acudir a las urnas en la jornada electoral del 06 de junio”, advierten en la pregunta número 10 del apartado “para tener en cuenta…”.
El elemento Covid-19 presente en el proceso electoral en curso como un instrumento más de simulación y proyección de imagen de candidatos y autoridades responsables y preocupados por la salud de la ciudadanía… en protocolos archivados, porque ni al papeleo de seguimiento llegan.
