Muerto el Pacto, regresó la rabia. Los tambores de guerra sonaron en la apertura de una LXIII Legislatura que inició con reclamos, desplantes y el abandono de la sesión de todos los perredistas.
Fue a iniciativa del coordinador de los diputados, Francisco Martínez Neri, en protesta por el mensaje de la representante del PRI.
Soy muy disciplinado”, comentó el líder de los senadores del PRD, Miguel Barbosa, al secundar la decisión del exrector de la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca.
La susceptibilidad estuvo a flor de piel en un San Lázaro donde la bancada de Morena se estrenó con abucheos contra priistas y verdes, y el primer diputado que gana sin partido, el expanita y ahora independiente Manuel Clouthier llamó a que ésta sea la Legislatura que sepulte los moches, el conflicto de interés y el tráfico de influencias.
Pero por ahora el único ahorro lucidor fue el de la presencia de los parlamentarios, en una sesión que arrancó con sólo 90 de 128 senadores y 372 de 500 diputados.
Abundaron los enojos. Primero entre los priistas cuando el presidente de la Cámara de Diputados, el perredista Jesús Zambrano, recibió el Tercer Informe de Gobierno, y comentó que las encuestas revelan que “no hay conformidad con el rumbo del país”.
El jefe de la bancada del PRI en San Lázaro, César Camacho, no ocultaba su molestia, el exdirigente del PRD pidió al secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, transmitirle al presidente Enrique Peña la propuesta de que él pudiera discutir con el Congreso sobre “las cosas que no van bien”.
El ambiente se tensó desde un inicio, en ese breve encuentro con el titular de Gobernación, en el Salón de Protocolo en el que éste se rompió.
Pero el reclamo vino después, desde la tribuna, en voz de la diputada del PRI Yulma Rocha Aguilar.
Antes de comenzar quisiera hacer un paréntesis para hacer un extrañamiento al presidente de la Mesa Directiva, por sus expresiones vertidas al recibir el Informe de Gobierno, las cuales fueron personales.”
Era la traducción verbal del gesto reprobatorio del coordinador Camacho y la postura del partido en el poder.
Engallada, la priista lo acusó de traicionar la confianza que le habían dado.
El reclamo tricolor tomó por sorpresa a Zambrano, quien justo al anunciar el posicionamiento del PRI afrontó el primer sainete de la temporada: unas enjundiosas senadoras priistas –Diva Gastélum e Ivonne Álvarez por delante—que reclamaban a los diputados del partido de Andrés Manuel López Obrador la única manta de la tarde.
Gracias a las legisladoras que tapaban afanosas el despliegue opositor, durante unos segundos la curiosidad rondó entre las curules imaginando qué tantas barbaridades decían los censurados morenos.
Zambrano pidió orden: “Todo mundo nos merecemos respeto”. El vicecoordinador priista, Jorge Carlos Ramírez Marín, solicitó al perredista aplicar el reglamento que obliga al presidente de la Cámara a llamar al orden.
Pero la operación encabezada por la excandidata priista al gobierno de Nuevo León y la líder de las mujeres tricolores surtió efecto cuando los diputados de Morena doblaron su manta.
Desde sus lugares, sin embargo, los legisladores de AMLO y los perredistas se aliaron de facto para abuchear a la diputada Rocha que al reivindicar el gobierno de Peña arremetió contra “las utopías populistas” y habló de “los otros” que en 12 años no hicieron las reformas.
“¡Mentira!, ¡Falso! ¡Cínicos!, ¡Corrupción”, gritaban desde el ala de la izquierda.
Los perredistas siguieron sin titubeos al coordinador Martínez Neri, que buscó la salida mientras la priista exaltaba el momento económico: “… no hay incrementos en la gasolina, diesel y gas, lo cual ha llevado a la inflación a su nivel más bajo desde 1967”.
No fue, sin embargo, el único que abandonó su curul. Antes, Camacho dejó la suya durante la intervención de su homóloga de Morena, Rocío Nahle. “Fue una cosa circunstancial…Me levanté al baño”, dijo.
El Universal