Estela Ambriz Delgado
Ante la posibilidad de que el proyecto de la presa Las Escobas sea cancelado, el Consejo Hídrico Estatal (CHE) sugiere que se considere una alternativa sostenible que contribuya a frenar la sobreexplotación de acuíferos en estado de abatimiento, como puede ser la diversificación e implementación de infraestructura para la captación de aguas pluviales y el aprovechamiento del agua residual tratada, junto con la modernización de la red de agua potable.
Si bien el director de la Comisión Estatal del Agua (CEA), Pascual Martínez Sánchez, afirmó que el proyecto no ha sido cancelado, existe la posibilidad de que sea sustituido dado que se encuentra detenido por una evaluación de su viabilidad técnica y de costo-beneficio.
Ante este panorama, el presidente del CHE, Jonathan Quintero García, indicó que puede haber alternativas sostenibles en las cuales invertir los recursos públicos.
Entre estas hizo mención de la diversificación e implementación de infraestructura para captar el agua pluvial, y el aprovechamiento del agua residual tratada, lo que incluye tanto tecnologías para recolectar y almacenar agua de lluvia, como sistemas para reutilizar la que normalmente es desechada al drenaje, lo que actualmente representa una fuente desaprovechada y un factor de contaminación para suelos y cuerpos subterráneos.
Estas estrategias de captación y reutilización también pueden contribuir a frenar la sobreexplotación de acuíferos en estado de abatimiento, si se desarrollan bajo enfoques de soluciones basadas en la naturaleza y mediante ecotecnicas adaptadas a los contextos locales.
De igual forma, el investigador del Colegio de San Luis (Colsan) destacó que es fundamental la modernización y el mantenimiento constante de las redes de agua potable y drenaje, a fin de optimizar el uso del recurso hídrico distribuido y suministrado al reducir las pérdidas por fugas, filtraciones y deficiencias en la infraestructura, que en muchas zonas representan un volumen significativo de agua desaprovechada.
“Este tipo de obras e infraestructuras han sido históricamente desatendidas por las administraciones públicas, incluso en la actualidad. Esto se debe, en gran parte, a que no resultan redituables en términos políticos o electorales, a diferencia de megaproyectos más visibles o de impacto mediático inmediato”.
Señaló que esta realidad pone en evidencia un modelo de gestión que ha privilegiado los intereses de corto plazo y la rentabilidad electoral por encima de las verdaderas necesidades sociales, particularmente de los sectores más afectados y vulnerables, así como de la protección y restauración ambiental.
Quintero García puntualizó que, frente a este panorama, es urgente acompañar estas propuestas técnicas con políticas públicas firmes orientadas a regular la sobreextracción de los acuíferos; así como prevenir y revertir la contaminación de cuerpos de agua superficiales y subterráneos.
Además de reducir la desigualdad en el acceso al recurso hídrico mediante la revisión y redistribución equitativa de los derechos de agua, actualmente concentrados en pocas manos; y detener la degradación de los ciclos hidrológicos, causada principalmente por la urbanización descontrolada sobre zonas clave para la recarga hídrica y la conservación de cuerpos de agua temporales y perennes.
“Sólo mediante una gestión integral, justa, técnica, participativa y ambientalmente responsable del recurso hídrico, será posible garantizar su disponibilidad a largo plazo para toda la población y para los ecosistemas que dependen de él”, expresó.