Denuncian red de violencia sexual y amenazas; sobreviviente señala omisiones en su proceso

María Ruiz

La organización Nueva Luna A.C. acompaña el caso de Stefanía, una mujer de 32 años que denunció ante la Fiscalía Especializada para la Atención de la Mujer, la Familia y Delitos Sexuales una serie de hechos que incluyen violación, amenazas, intento de explotación sexual, hostigamiento y presunto espionaje digital.

Durante una entrevista, ella refirió que la persona a quien identifica como su agresor es Ricardo N. y señaló, además, posibles actos cometidos con la participación de terceros.

La denunciante afirmó que enfrentó riesgos, persecución y presiones que impactaron también a su familia. Su testimonio permite trazar una ruta de violencias que —según describe— inició de manera casi inmediata luego de conocerlo.

Stefanía relató que conoció al hombre en mayo de 2025, luego de que ella reactivara sus redes sociales tras varios años fuera de ellas.

“Yo desconocía la clase de depredador que era, pero todo inició ahí, en mi trabajo”, dijo.

Según su testimonio, él se presentó como asesor inmobiliario y comenzó a frecuentar su lugar de empleo con regalos, visitas y conversaciones insistentes.

De acuerdo con lo que relata, “él no espera mucho a que lo conozcas más, ataca inmediato”. La relación —casi forzada por su insistencia— escaló en cuestión de semanas.

Construcción del engaño y manipulación

Durante los meses posteriores, el hombre comenzó a ofrecerle supuestos apoyos económicos, estabilidad, proyectos laborales y un consultorio.

“Me bajó el cielo, mar y las estrellas”, expresó.

En poco tiempo, empezó a presionarla con insinuaciones relacionadas con la prostitución, mencionándole contactos y supuestas redes de protección ligadas al crimen organizado. También la presentó con una mujer identificada como “Olga”, quien habría validado la presunta inclusión de Stefanía en una red de explotación sexual.

Conforme avanzaron esas semanas, él comenzó a mostrar mayor control, volubilidad y presión emocional. La denunciante recuerda que fue alrededor de julio de 2025 cuando comenzaron las amenazas directas, especialmente después de que ella resistiera las insinuaciones para involucrarla en explotación sexual.

“Ahí es cuando ya se empezó a poner agresivo. Me gritaba, aventaba cosas, me amenazaba”, relató.

La agresión sexual: “Cuando desperté estaban los dos encima de mí”

Stefanía explicó que la violación ocurrió aproximadamente dos semanas después de iniciar encuentros en privado. El hecho, dijo, sucedió en un domicilio en la colonia Villamagna al que acudió tras ser invitada a una reunión.

“Cuando despierto, los dos estaban encima de mí, me estaban violado sexualmente”, declaró. Según su testimonio, perdió la conciencia al menos dos veces y fingió calma para poder salir viva del lugar: “Me porté en modo supervivencia”.

Después de la agresión, intentó cortar el contacto, pero él —según su declaración— reaccionó con mayor violencia: hostigamiento, hackeo de su teléfono, vigilancia de su casa, su trabajo y las escuelas de sus hijos.

“Sabía mis ubicaciones. Me amenazó de muerte a mí y a mis niños”, dijo.

Refirió que hombres desconocidos rondaban constantemente los domicilios donde ella se refugiaba: “Llegué a ver 15 o 20 coches vigilando”.

Stefanía presentó la denuncia el 29 de agosto de 2025 ante la Fiscalía Especializada para la Atención de la Mujer, la Familia y Delitos Sexuales.

Sin embargo, aseguró que enfrentó obstáculos iniciales. “Llevé la denuncia por escrito y no me la querían recibir”. A ello sumó que una empleada de recepción presuntamente informaba al hombre señalado como su agresor sobre sus horarios de llegada y salida.

“Cuando yo iba saliendo había siete u ocho personas esperándome”, afirmó. Finalmente, la servidora pública fue removida del área.

La investigación comenzó a avanzar con mayor ritmo hasta que Stefanía solicitó acompañamiento a Nueva Luna A.C., organización que le brindó apoyo jurídico y psicológico.

“Desde que ellas ingresaron, todo se fue como velero”, dijo.

Stefanía informó que el hombre que ella identifica como su agresor fue detenido la semana pasada en Los Cabos y trasladado a San Luis Potosí.

Según su declaración, existen otras carpetas de investigación vinculadas a él, pero muchas de las denunciantes no han continuado sus procesos por miedo o desplazamientos forzados.

La sobreviviente llamó a que otras mujeres reconozcan patrones de manipulación, aislamiento y control, y pidió que su testimonio sirva como advertencia:

“Para mí es muy importante que esto tenga difusión, porque hay chicas que desaparecen después de iniciar carpeta de investigación. Yo quiero que se animen a denunciar a este tipo de depredadores”.