Derrame de petróleo en Cadereyta hace un año, aún afecta a sus pobladores

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Monterrey, México (15 de agosto de 2015).- A un año del derrame de petróleo ocurrido en el río San Juan, ubicado en el municipio de Cadereyta, Nuevo León, organizaciones civiles, pobladores y la diócesis de Monterrey, denunciaron que la contaminación en ese afluente y tierras aledañas continúa, lo que está causando afectaciones a la salud de los pobladores.

En rueda de prensa, diversos activistas anunciaron que buscarán emprender acciones para que Petróleos Mexicanos (Pemes) asuma su responsabilidad.

“La contaminación en los cultivos, el agua para el consumo humano, los daños a la fauna silvestre y de ganado, causada por las operaciones de la refinería se mantiene vigente. Aunque los daños ocasionados por el derrame ya no son visibles, hemos detectado que las instalaciones de la refinería son la causa de los daños ambientales”.

Antonio Hernández, del Frente Amplio Ambientalista, subrayó que la planta de tratamiento de la refinería de Cadereyta arroja al río residuos de hidrocarburos, aceites acompañadas de la generación de espumas sobre el agua que tiene impacto sobre la integridad de elementos naturales como el suelo o los cuerpos de agua superficiales y subterráneos.

“Además de la contaminación del agua, hemos detectado en la atmosférica, cantidades importantes de compuestos y sustancias que la refinería emite, lo que afecta de manera visible y cualitativa la calidad del aire”, explicó.

La diputada local Blanca Lilia Sandoval manifestó que la comisión que fue formada en el Congreso para dar seguimiento al caso, y que está dirigida por el diputado priísta Gustavo Caballero, no cumplió con su objetivo, pues ni siquiera visitaron la zona siniestrada.

Solicitó a los gobiernos de Nuevo León y el federal, así como a Pemex y a la administración de la refinería que sea revisada la operación de la planta tratadora de agua, y que esté garantizado que las descargas finales no contendrán contaminantes. También demandaron estudios de la calidad del aire en todo el territorio de Cadereyta de Jiménez y que la refinería “Héctor R. Lara Sosa”, desarrolle e implemente un sistema de monitoreo ambiental que brinde información comprensible para la población.

El sacerdote José Manuel Guerrero pidió a los ciudadanos que donen garrafones de agua a través de los templos de la Iglesia Católica, pues los pobladores temen beber aguas de sus pozos. Pobladores de Cadereyta señalaron que Pemex no los ha indemnizado por las pérdidas de sus cultivos y animales.

Fuente: La Jornada.

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