Las mujeres harán historia

Por: Oswaldo Ríos. Twitter: @OSWALDORIOSM

El próximo 9 de marzo las mujeres mexicanas realizarán un paro sin precedentes en la historia de México y desde todas las clases sociales, actividades económicas y formas de pensar, se unirán en torno a un grito que es, a la vez, irrefutable proclama y desgarrado reclamo: YA BASTA DE VIOLENCIA. YA BASTA DE ACOSO. YA BASTA DE INFAMIA. YA BASTA DE VEJACIONES. YA BASTA DE INSULTOS. YA BASTA DE MUERTE.

La convocatoria es de las mujeres, por las mujeres y para las mujeres.

Esta vez no se trata de nosotros, de ustedes, de ellos o de aquellos. En esta ocasión los hombres tenemos que dar un paso a un costado y hacer eso que a veces parece costarnos tanto: respetarlas, apoyarlas sin juzgarlas y no interferir con la libertad de sus decisiones.

Por supuesto, habrá que llevar a cabo todo lo que podamos para que su inasistencia no les afecte de ninguna manera, pero el compromiso debe ir mucho más allá de ese día y debe ser de largo aliento.

¿Cómo podemos hacer que las empresas, los sindicatos, las universidades, los comercios, las oficinas gubernamentales, los medios de comunicación, el transporte público y las calles, sean espacios en los que las mujeres puedan vivir sin miedo de ser atacadas por algunos hombres que ejercen todo tipo de violencia en su contra? Cerrando la boca y dejando que hablen nuestros hechos.

Es la hora de desmarcarnos de la violencia. De renunciar a ella. De construir instituciones que no la permitan, que no la solapen, que no la encubran, que no la incentiven. Cambiar el paradigma: que sientan miedo quienes se atrevan a atropellar sus derechos y generar las condiciones para que ellas puedan ejercerlos sin exclusiones o taxativas.

Ese es el gran valor del paro nacional #ElNueveNadieSeMueve: unir a las mujeres más distintas, más distantes, más disímbolas, más icónicas, más diversas y más únicas, pero hermanadas por una inapelable realidad que documenta la tragedia inequitativa de cada día: todas ellas han sido víctimas de violencia por el solo hecho de ser mujeres y eso no puede seguir así.

Si unas son provida y otras proaborto. Si unas viven en residencia y otras viven en un barrio. Si unas son empresarias y otras son amas de casa. Si unas son estudiantes y otras son profesionistas. Si unas son activistas y otras son funcionarias. Si unas han marchado mil veces y otras vivirán su primera vez. Si unas caminan por la derecha y otras por la izquierda. Si unas son panistas y otras morenistas. Esta vez, la forma no será el fondo. Lo fundamental, será hacer sentir el tamaño de su ausencia, esta vez intencional, a una sociedad que ha sido negligente, cobarde e incluso cómplice de prácticas, discursos y delitos que las flagelan con una impunidad descarnada.

Nunca más un día sin ellas. Sin su indomable libertad y su existencia cósmica.

Del paro nacional se ha autoexcluido quien ha querido. El desdén más visible, el del presidente López Obrador que prefirió (como suele hacer con todos aquellos movimientos que buscan ejercer sus derechos) descalificarlo y calumniarlo al afirmar que detrás de él se encontraban sus adversarios, así como lo lee. Como si en este país no se asesinaran a 10 mujeres todos los días, como si Ingrid siguiera con vida rescatando perritos de la calle o como si Fátima estuviera jugando en el patio de su escuela.

También han marcado su distancia las feministas que militan, simpatizan o trabajan para el partido oficial y es una pena, porque lo que va a ocurrir el próximo 9 de marzo será histórico.

En la adopción de posturas totalizadoras, los extremos se confunden: la ultraderecha golpeando a las mujeres provida por “hacerle el caldo gordo” al feminismo y la izquierda radical apaleando a las feministas por “hacerle el juego” a la derecha. La obstinación los ciega, los fanatismos no tienen ideas, tienen dogmas.

Es curioso, los hombres de la izquierda y la derecha siempre estuvieron juntos para negar los espacios de poder a las mujeres de sus propios partidos y si la paridad pudo alcanzarse, fue porque mujeres parlamentarias de izquierdas y derechas lucharon por y votaron unidas, una reforma que convirtió en realidad el anhelado sueño de la legislatura de la paridad.

De eso hablará la historia que se escribirá el 9 de marzo de 2020: del día que las mujeres colmaron este país de dignidad y del día que los hombres nos llenamos de vergüenza. Y entre ellas, la peor de todas, el feminicidio.

Porque como dijo el poeta dominicano Pedro Mir, cuando supo que las hermanas Mirabal habían sido torturadas y ejecutadas por las órdenes de un dictador miserable: las civilizaciones mueren cuando permiten que se asesine a las mariposas.

“porque la vida entera se sostiene sobre un eje de sangre
y hay pirámides muertas sobre el suelo que
humillaron,

 y los grandes imperios deben medir sus pasos
respetuosos
porque lo necesariamente débil es lo necesariamente
fuerte
cuando la sociedad establecida muere por los cuatro
costados

 cuando hay una hora en los relojes antiguos y los
modernos
que anuncia que los más grandes imperios del planeta
no pueden resistir la muerte, muerte

de ciertas, ciertas
debilidades,

amén
de mariposas.

Comienza el día cero y mañana su continuidad.

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