Diputados potosinos opinan sobre propuesta federal de bajar edad de votación

Fernanda Durán

La reciente propuesta para que adolescentes de 16 y 17 años puedan votar en México ha generado confusión en San Luis Potosí, mientras a nivel federal Movimiento Ciudadano anunció que presentará la iniciativa en el Congreso de la Unión, en el Congreso del Estado algunos legisladores sugieren que también podría impulsarse desde el estado, lo que ha llevado a interpretaciones encontradas sobre el alcance real de la reforma.

En el Congreso local, las posiciones están divididas: Movimiento Ciudadano defendió la propuesta como un reconocimiento a los jóvenes como actores políticos; Morena asumió la propuesta como una iniciativa originalmente planteada por su partido, y sugirió que incluso San Luis podría adelantarse con una reforma propia; en cambio, el Partido Verde Ecologista de México llamó a analizarla con cautela, al advertir que en ese rango de edad todavía persiste apatía hacia la participación electoral.

Fue el 20 de agosto de 2025 cuando la diputada federal Laura Ballesteros (MC) planteó la necesidad de reducir la edad para votar, acompañada del uso de voto electrónico; días después, el senador Clemente Castañeda confirmó que su bancada presentará la propuesta en la discusión de la reforma electoral federal.

De prosperar, requerirá la aprobación de la mayoría calificada en el Congreso de la Unión y la ratificación de al menos 17 congresos estatales.

La medida evoca el antecedente histórico de 1970, cuando tras el movimiento estudiantil de 1968 se reformó la Constitución para permitir que los jóvenes de 18 años votaran, en lugar de esperar hasta los 21. Aquella decisión amplió la participación política de las juventudes mexicanas al marcar un precedente en la inclusión de nuevos sectores en la democracia.

El diputado y dirigente estatal de MC, Marco Gama Basarte, afirmó que la propuesta busca “reconocer a los jóvenes como actores políticos con plena capacidad de decisión”.

Argumentó que en países como Argentina, Brasil y Austria el voto a los 16 ya funciona y ha incrementado la legitimidad de los procesos electorales.

Gama advirtió que el verdadero reto en México no es la edad en sí, sino garantizar que se fortalezca la educación cívica y política desde etapas tempranas, de modo que los adolescentes puedan emitir un sufragio libre de prácticas clientelares.

“Hoy en día los adolescentes participan activamente en causas sociales, movimientos estudiantiles y sin duda, en activismo social”, señaló.

Por su parte, el diputado Carlos Arreola Mallol, presidente del Consejo Estatal de Morena, sostuvo que la idea no es nueva y que desde 2023 fue planteada por su partido a través del Instituto de Formación Política y el legislador federal Miguel Torruco.

“Así como el voto a los 18 años en vez de los 21 fue una conquista social de las juventudes contra el PRI del 68, ahora toca avanzar hacia otra conquista”, afirmó.

Arreola incluso consideró que San Luis Potosí podría colocarse a la vanguardia como primer estado en reducir la edad de votación de manera local, por lo que planteó la posibilidad de integrar una comisión especial en el Congreso del Estado para discutir una reforma político-electoral en la que se escuchen todas las voces.

A su juicio, los jóvenes de 16 años ya trabajan, pagan impuestos y tienen criterio político, por lo que “también tienen derecho a ser escuchados”.

Desde otra perspectiva, la diputada Dulcelina Sánchez de Lira (PVEM) señaló que el tema debe revisarse con cuidado, pues existe apatía entre los jóvenes respecto a la participación electoral, y en el rango de 16 a 18 años la situación es todavía más evidente.

“Es algo que habría que analizar y revisar detenidamente”, advirtió al subrayar que la discusión no puede tomarse a la ligera, aunque evitó profundizar su postura al respecto hasta tener una iniciativa la cual analizar.

Si la reforma constitucional avanza, corresponderá a los congresos estatales ratificarla, mientras tanto los legisladores locales afirman que los adolescentes son un sector numeroso, influyente y cada vez más presente en el debate político.