Dislexia, tratable en el IMSS

POR: ASTROLABIO

Gustavo tiene 12 años de edad, desde su etapa preescolar enfrentó dificultades en el proceso de aprendizaje y comprensión de la lectura y escritura. Ahora está a punto de entrar a la secundaria y ha ido venciendo poco a poco su padecimiento.

La dislexia (trastorno del aprendizaje) en el Seguro Social representa el décimo motivo de consulta en Neurología Pediátrica, afirma la doctora Verónica Campos Guevara, neuróloga del Hospital General de zona número 1 del Seguro Social.

Para abordar el tema, nos relata un caso de su paciente prototípico, se refiere a Gustavo, quien a los 5 años de edad dejó de reconocer y comprender las letras que ya había aprendido, lo cual despertó preocupación entre  sus maestros (as) y su familia.

Su mamá, la señora Leonor Jalomo Espinoza, convencida de que su hijo contaba con las habilidades y el entusiasmo para salir adelante, confío plenamente en la especialidad que ofrecía el IMSS: “Me resistí a que las maestras y los otros niños tacharan a mi hijo como un alumno flojo”, recordó.

Afortunadamente no fue así, la doctora Campos precisó que lo ocurrido a Gustavo fue un trastorno del aprendizaje denominado dislexia, el cual se caracteriza principalmente por una falta de reconocimiento de letras y comprensión de lectura, mismo que puede ser tratado en el Instituto.

Explicó que la dislexia puede ir acompañada por un déficit de atención o hiperactividad, ocasionando también con alteraciones en la agudeza visual.

“Debido al ambiente de presión y burlas que ejercen otros niños o los  propios maestros, el paciente con dislexia suele ser susceptible a presentar ansiedad y falta de interés por asistir a la escuela”, indica la especialista del IMSS.

Puntualizó que en las diversas áreas del conocimiento, los pacientes con dislexia tienen buen rendimiento en su coeficiente intelectual, pueden gustarle las matemáticas y otras disciplinas, así como en el deporte y todo lo relacionado con las actividades de sociabilización.

La neuróloga pediatra explica que Gustavo asiste a sus consultas médicas con sus padres –parte vital del proceso-, realiza sus terapias de lectura de al menos 25 minutos diarios, además se le tiene en terapias pedagógicas, psicológicas, con atención farmacológica para estimular su cerebro.

“Pero lo principal es el tratamiento terapéutico y el entusiasmo de sus padres, así como su interés en salir adelante por parte de Gustavo, eso es lo que hará la diferencia entre un paciente y otro”, finaliza la especialista del IMSS.

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