Docente, responsable de violencia y fraude en telesecundaria de El Vaquero, Matehuala

[El siguiente reportaje está compuesto por declaraciones de ex alumnos y padres de familia entrevistados que, en su mayoría, solicitaron guardar su identidad como anónima; por este motivo, algunos nombres fueron cambiados]. 

Abelardo Medellín

La Telesecundaria Emiliano Zapata, ubicada en la localidad de El Vaquero, perteneciente a Matehuala, cuenta con la clave 24ETV0452G y tiene un desempeño “excelente” según el “Semáforo de Resultado Educativos” del portal “Mejora tu Escuela”. Hasta el 2015, el plantel había ocupado siete años seguidos el primer lugar estatal en la prueba Enlace; en 2009 fue segundo lugar nacional de dicha prueba, y en 2011 obtuvo el primer lugar nacional. 

El éxito de este plantel ha sido atribuido a América Zamora Pedraza, licenciada en Matemáticas y maestra en Educación con especialidad en docencia, que tiene más de 30 años como profesora rural; se desempeñó como directora con grupo en la escuela telesecundaria “Emiliano Zapata” durante más de 10 años e incluso gestionó “becas económicas mensuales para la mayoría de sus estudiantes y fondos económicos para la construcción y reparación de casas para madres de familia de bajos recursos”, según se expone en un boletín de 2015, cuando recibió el reconocimiento “Potosina del Año” en los “Ámbitos académico, social y deportivo” de la zona Altiplano.

Sin embargo, la historia de la telesecundaria Emiliano Zapata contada por ex alumnos y madres de familia revela problemas que se han perpetrado por más de una década y que van desde fraudes a pruebas federales, abusos de parte de quien dirigió el plantel, violencia contra los alumnos e incluso manejos irregulares de apoyos económicos. 

FRAUDE DEL CENEVAL

“Fue un fraude enorme, se supone que nos metían en esta secundaria porque tenía los mejores promedios; esos días, cuando se presentaba la prueba de ENLACE, la maestra nos acomodaba como de: un niño ‘burrito’, así les decía ella, y dos al lado inteligentes”, recordó Eli, quien, al igual que el resto de los ex alumnos entrevistados, habló sobre las irregularidades que veían los estudiantes con respecto a la prueba federal.

La Evaluación Nacional de Logros Académicos en Centros Escolares (ENLACE) era aplicada por la Secretaría de Educación Pública (SEP) a los alumnos de escuelas privadas y públicas de nivel básico y hasta medio superior, para conocer el grado de conocimientos en español y matemáticas que tenían los estudiantes, y dejó de aplicarse en 2014, cuando llegó la reforma educativa, sin embargo los ex alumnos de la telesecundaria de El Vaquero, sin importar su generación, desempeño o interacción con los profesores del plantel, son coherentes con una constante: la directora de la escuela, América Zamora Pedraza, su esposo, y cualquier otro profesor, mantenían un esquema fraudulento que enseñaba a los alumnos a hacer trampa en esta prueba federal e incluso los ayudaba a hacer trampa. 

“Llegaba el examen de ENLACE y a veces, por ejemplo, distraían o sacaban del aula al evaluador y la maestra [América] llegaba con un cuadernillo contestado y nos decía: ‘a ver, la primera es la A, la segunda la B, la tercera A, o sea, nos pasaban las respuestas”, declaró Ramiro, uno de los entrevistados, quien se refirió a esta práctica con el calificativo: “Nos entrenaban para copiarnos”. 

Lo dicho por Ramiro, que concluyó sus estudios durante 2013, fue confirmado por una ex alumna de una generación abajo, llamada Eli, quien afirmó que la directora del plantel “acomodaba a un alumno más listo, al lado de los que sabían menos, no digo que no supiéramos, pero la maestra nos pedía que copiáramos”. 

Según Eli, América Zamora no sólo les pedía que copiaran durante el examen, sino que extorsionaba a los alumnos para que entregaran resultados favorables en las pruebas amenazándolos con quitarles apoyos económicos: “la beca que teníamos era de una asociación de Estados Unidos […] son para que concluyamos la universidad y la preparatoria, pero el punto es que la maestra América nos exigía demasiado y nos quitaba los apoyos si no dábamos los resultados que ella quería”. 

“No nos ponía a estudiar tal cual la materia, sino que nos daba cuadernillos ya contestados, supongo de años pasados, y nos decía que nos memorizáramos la respuesta”, comentó en entrevista Citlali.

Citlali aseguró que, aparte de ella, dos hermanos suyos estudiaron antes y después en la Telesecundaria de El Vaquero y todos llegaron a presenciar las actividades y engaños del plantel alrededor de la prueba ENLACE. 

“Siempre fue lo mismo, nos preparaban para copiar y si eso no funcionaba, todo ya estaba contestado […] muchos llegaban ahí por la buena fama de sus resultados, pero no, y ningún padre se enteraba de esto porque la maestra nos tenía amenazados y le teníamos más miedo a la maestra que incluso a nuestros propios padres”, añadió. 

Uno de los testimonios que ayudan a comprender mejor cuál era la reacción de los profesores frente a un alumno que intentara hablar del fraude con la prueba ENLACE, es el de Ana Karen Ríos, quien, al percatarse de los cuadernillos contestados y la conminación a copiarse entre compañeros, decidió juntar evidencia de lo que pasaba: 

“Me compraron una grabadora de voz y ahí me di cuenta que los maestros estaban haciendo mal […] llevé la grabadora y tomé todo lo que se decía en clase de cómo se nos capacitó para poder copiarnos, como sentaba a los alumnos más inteligentes de forma estratégica y nos decía: ‘las preguntas que no entiendan, las anotan en una hoja de máquina, se las guardan, piden permiso para ir al baño, vienen conmigo a este salón y yo se las contesto’, pero hay muchísimo más de lo que hacía”. 

Narró, además, que durante la aplicación de la prueba ENLACE que lo tocó hacer en tercer grado, vio que los cuadernillos ya traían las respuestas encima de la opción correcta, marcadas ligeramente con lápiz: 

“Al terminar la prueba les pedía a mis compañeras que me firmaran una hoja donde también aceptaran que vieron el cuadernillo contestado, pero ellas no querían ningún problema, tenían miedo de decir algo […] no pasaron ni cinco minutos y la maestra América me mandó a hablar, fue el maltrato psicológico más fuerte que he recibido en mi vida”. 

Relató que la directora, luego de enterarse de su intención de revelar el esquema de copiado, la encerró en un salón y le gritó insultos contra su familia: “que mi mamá y yo éramos unas víboras, que no sabía con quién me estaba metiendo y quiero recalcar muy bien lo último que me dijo, porque esto no se me ha olvidado nada: dijo que se iba a encargar que no me aceptaran en ninguna secundaria y que ninguna preparatoria ni ninguna universidad me aceptara jamás, después de eso me puse a llorar y me seguía gritando y ahí estaba su esposo, el profesor Sergio, juntos en el salón regañándome”. 

Aseguró que fue encerrada por lo menos durante una hora en ese salón para ser reprendida por los profesores y que no ha podido olvidar ese momento que la marcó a sus tempranos 14 años de edad.

VIOLACIONES A LA LEY DE EDUCACIÓN

Si las prácticas corruptas y los castigos ejemplares a quien quisiera revelar el secreto de la telesecundaria no fueran suficientes, en múltiples entrevistas con ex alumnos de la institución, la mayoría de ellos confirmaron que, durante los meses anteriores al examen de ENLACE, Zamora Pedraza cancelaba la impartición de algunas materias y se centraba en sólo enseñar matemáticas y español. 

De acuerdo con una gran parte de los entrevistados, durante semanas se priorizaban las actividades, tareas y clases de español y matemáticas, como si se preparara a los estudiantes únicamente para las dos materias que contenía la evaluación federal; actitudes escolares que “merecen la atención y revisión del caso”, consideró Joel Ramírez Díaz, secretario de Educación de Gobierno del Estado, quien aclaró que “los programas y planes de estudios de cada ciclo se deben cumplir a cabalidad”.

No sólo el dicho del funcionario es prueba de que se cometía un acto anormal en la telesecundaria de El Vaquero, sino que, de acuerdo con el Artículo 75 de la Ley General de Educación, es razón de una infracción contra quien incumpla los lineamientos generales sobre el uso de materiales de la educación básica, los cuales también contemplan el no impartir en forma el programa marcado para Telesecundaria. 

VIOLENCIA

Ana Karen Ríos Lizcano es una ex estudiante de la Telesecundaria de El Vaquero que recordó en entrevista cómo hace 11 años su paso por dicho plantel “no fue agradable, fue triste. Yo era una niña que siempre tuvo carácter fuerte y aguanté muchísimo: insultos, agresiones y demás”. 

La ex alumna comentó que las marcas distintivas de la maestra América Zamora siempre fueron las agresiones psicológicas y comentó que sus métodos para reprender a los alumnos iban más allá de los límites escolares: 

“Si alguna alumna se iba a algún baile de los ranchos o comunidades, que es algo común, si se iba al baile en fin de semana, llegaba el lunes y nos mandaba llamar a todos, nos metía en un salón, nos encerraba y nos gritaba hasta que se cansaba, es decir, para regañarnos con gritos y agresiones psicológicas, y claro se nos indicaba que nada debía decirse o comentarse sobre lo que hacían, hacerlo implicaba más castigos para quien hablara”, relató.  

Sobre este castigo en el “aula didáctica” donde se metía a los alumnos para reprenderlos, Ríos Lizcano indicó que en dicho espacio se aplicaban escarmientos poco convencionales o inadecuados para un centro de estudios y que se caracterizaban por las intromisiones en la vida de los alumnos:

 “Cómo era posible que si yo iba a una fiesta el fin de semana o al parque, la maestra sabía de esto […] al que iba a regañar lo pasaba hasta el frente, frente de todos, y sabías que te expondría frente a toda la clase, hablaba de ti, de tus papás, de tu vida personal, en serio que no se cansaba de esos abusos, de esos regaños y opresiones”. 

No sólo en esta aula especial se humillaba a los alumnos, sino que, señaló, en diversas ocasiones América Zamora agredió verbalmente a los alumnos sin ninguna razón aparente: 

“Daño psicológico hubo mucho, simplemente, atentar contra un niño del rancho, decirle que es un ignorante, que toda la vida va a ser pobre, que sus padres son unos huevones, que nunca será nada, afortunadamente yo salí porque me corrieron […] no tengo los contactos con antiguos compañeros como para decir que hubo un daño psicológico, pero estoy casi segura que lo hubo, porque yo lo tuve”.

Pese a que la historia de Ana Karen Ríos es personal y habla desde sus vivencias en lo particular, ex alumnos de generaciones distintas han confirmado lo dicho sobre los abusos de la maestra América Zamora Pedroza, la mayoría hablando a cambio de anonimato en sus declaraciones,  como Paty, una ex alumna de 2010, quien dijo en entrevista: 

“La maestra daba infinidad de ofensas, nos llamaba estúpidos, idiotas, apergatados, pendejos, y nos comparaba con otros compañeros ‘¿por qué no eres cómo él?’ o también castigos físicos, como cargar botes de agua o piedras, son cosas que parecieran tener que ver con la disciplina, pero una cosa es un castigo y otra cosa es el maltrato psicológico”. 

Paty consideró que los castigos manejados al interior de la telesecundaria fueron traumáticos, pero no se comparan con lo que la maestra América le hizo a ella en específico: 

“La novia de un amigo mío, por alguna razón infantil se encela y me acusa con un chisme, se lo cuenta a la maestra y a partir de ese día la maestra me comenzó a tratar mal, como una criminal, pero yo no entendía por qué, y en una clase de matemáticas me sacó jalándome del brazo, me hacía voltear al cielo y me decía ‘traes las pupilas dilatadas, tú te estás drogando’, entonces yo no entendía qué pasaba”. 

Como ex alumna Paty recuerda cómo un día, tras las acusaciones de consumo de drogas, la maestra sacó a todo el salón para aplicarle un castigo físico grupal donde puso a los alumnos a cargar agua, después de lo cual le revisó los brazos a la ex estudiante para acusarla de tener los brazos inyectados y decir que se había drogado: 

“Me humilló enfrente de todos […] no era raro su forma de actuar conmigo, recuerdo que cuando nos revisaba los problemas de matemáticas, si alguno estaba mal te aventaba la libreta y te decía ‘eres un pendejo, estúpido, no sabes nada’, y en una ocasión me aventó mi libreta en la cara y me dijo que yo era ‘buena para vender drogas’, ese mismo día regresé destrozada a mi casa y fue cuando se lo comenté a mi mamá”. 

Cuando la mamá de Paty asistió al plantel para preguntar por lo ocurrido y confrontar a América Zamora, la profesora no terminó de humillarla y acusarla de abuso de drogas para después chantajearla al decir que “se le daría otra oportunidad a la alumna para que se quedara en la escuela”, situación que su mamá no permitió y fue cambiada de escuela. 

Ruth, otra ex alumna, no sólo confirmó la versión de un aula “didáctica” donde se humillaba públicamente a los alumnos, sino que expuso cómo durante su paso por la telesecundaria de El Vaquero, América Zamora utilizaba las problemáticas privadas de los alumnos para atacarlos: 

“Mi hermano y yo estuvimos ahí juntos, mis papás pasaban un divorcio y la maestra, yo no sé cómo, pero se enteraba de todo, incluso da miedo, y en cierta ocasión mis papás habían discutido un fin de semana y el lunes que fuimos a clases nos dijeron ‘métanse todos al salón grande’, así es como le decían; nos metieron al salón, llamaron a mi hermano al frente de todo y comenzó con su discurso sobre ‘las familias de hoy en día’, pero obviamente utilizaba infinidad de groserías para referirse a nosotros y era su forma de hablar, y dijo que ‘las familias eran disfuncionales, y que se perdieron los valores y por eso están criando mal a este par de ineptos’, y ahí fue donde nos comenzó a señalar”. 

Ruth indicó que la maestra América Zamora juzgó y habló de forma despectiva de la vida personal de su papá: “No te miento, ese día llegó al punto de decirle a mi hermano ‘puto’, como que iba a terminar andando con muchas niñas, y a muchas otras niñas de mi generación 2012 y otras generaciones anteriores, les decía que eran putas, especialmente a muchas de Matehuala”, agregó. 

Los testimonios de por lo menos otros cuatro ex alumnos que aceptaron hablar a cambio de anonimato concuerdan en lo mismo, pese a la diferencia de generaciones: la maestra América Zamora reunía a los alumnos en el “salón grande”, reprendía con insultos a los alumnos a veces sin razones académicas, utilizaba palabras altisonantes como un estilo personal para dirigirse a los estudiantes y solía burlarse de la situación económica y personal de ellos.

LOS OTROS TIPOS DE VIOLENCIA 

Además de los múltiples casos de abuso psicológico mencionados por los ex alumnos entrevistados, por lo menos tres de ellos dijeron haber atestiguado casos de violencia religiosa, sobre lo que una ex estudiante apuntó: 

“No sé qué religión profesaban unos compañeros que viven allá en la comunidad, me parece que eran testigos de Jehová, entonces ellos tienen como un predicador y el predicador era papá de un compañero, y enfrente del niño decía: ‘ese pendejo predicador que anda ahí nada más hablando, que no tiene nada de estudios, que hace estúpida a la gente, qué bola de ignorantes, de perdido hubieran buscado a alguien con estudios para hablar de la palabra de Dios’, bastante enojada con el tema”. 

Además de insultar al predicador de la comunidad, Javier, ex alumno del plantel, recordó cómo América Zamora solía meter su propia fe durante clases: “La maestra no los dejaba expresarse, pero, a pesar de que era una escuela laica, la maestra hablaba de lo que estaba bien o mal según la Biblia y los alumnos a veces le decían que ellos no tenían esa misma creencia y a la maestra le molestaba que no compartieran su fe”. 

Además del abuso psicológico y la violencia religiosa (en clara violación del Artículo 3º constitucional), otro de los puntos en común entre los testimonios de los ex alumnos entrevistados, son las agresiones físicas que algunos pasaron. 

La mayoría confirmó que la maestra tenía una extraña manía por señalar y picar a los alumnos con el dedo índice de la mano con tal fuerza que llegaba a dejar hematomas y rasguños en la piel, así como muchos de ellos aseguraron que la maestra obligaba a ciertos alumnos a bajarse del transporte un kilómetro antes de llegar a la escuela y les conminaba a correr al plantel. 

Pruebas de algunos de estos abusos físicos quedaron registradas en documentos oficiales, como la denuncia presentada por Agustín Ríos Zamora, padre de Ana Karen Ríos Lizcano, ante la Unidad de Atención Integral para Mujeres del Altiplano el 6 de agosto de 2009, documento donde la autoridad denunció que la maestra sostiene al interior de la telesecundaria de El Vaquero actividades de “preparación académica” que incluyen castigos donde “los alumnos son privados del agua y el alimento”. 

El documento señala también que la ex alumna sufrió de daño a la piel por largas exposiciones al sol, daño físico que fue confirmado en su momento a través de un parte médico por un dermatólogo del Centro Médico del Potosí. 

El ancho de los abusos por los que pasó Ana Karen Ríos quedaron registrados por igual en una serie de denuncias ante diversas instancias como la Agencia del Ministerio Público de la Procuraduría General del Estado (hoy Fiscalía General) en el expediente Av.p.p 35/V/2010; la Contraloría interna de la Secretaría de Educación de Gobierno del Estado, la Subsecretaría de Atención Ciudadana y Normatividad y la Comisión Estatal de Derechos Humanos, que registró los hechos y emitió una recomendación emitida el 29 de junio del 2009 con el número de queja CEDH-4VQU-0075/2009, esta última sería la única entidad en tomar acciones sobre las acusaciones según lo dicho por Ana Karen Ríos Lizcano. 

Ríos Lizcano recordó con pesar cómo las denuncias no procedieron de ninguna forma en contra de América Zamora y lamentó que “las recomendaciones que sí se hicieron, fueron vagas, no sirvieron de nada”. 

Asimismo, agregó que las autoridades del Ministerio Público encargadas del caso le informaron a su familia que el expediente de investigación se había perdido unas semanas después de abrirlo y después arguyeron que “en ese momento no se podía atender ese caso”. 

PADRES DE FAMILIA

Los tratos inadecuados que tenía la maestra América Zamora con sus alumnos llegaron a interrumpir el año escolar de algunos estudiantes e incluso en los momentos en que se tenía que aplicar un “castigo” que incluyera dar de baja a un alumno, la profesora fue poco clara en sus formas y razones. 

“Mi hija me dijo que la habían corrido y cuando yo fui, la maestra me dijo que no, que la habían dado de baja por tantas faltas a clase que tenían, pero ¿cómo es posible que tuviera faltas si yo la veía que se subía al camión, iban con la maestra y cada que tenían faltas nos mandaban un citatorio?, ¿dónde estaban esos citatorios?”, relató Mayela, madre de familia, cuya hija fue expulsada del telebachillerato sin que la docente y directora América Zamora pudiera dar una razón precisa sobre la expulsión. 

De acuerdo con Mayela, el paso de su hija por la escuela a cargo de América Zamora fue menos de lo que esperaba de una escuela tan elogiada y en la cual sólo encontró irregularidades incluso al momento de intentar sacar a su hija del plantel.

“Pude hablar con la maestra cuando tuve que ir por los papeles de mi hija, […] yo le pregunté a la maestra por qué corrió a mi hija, y la maestra solo dijo ‘su hija ya sabe’, pero yo necesitaba que la maestra me lo dijera”, dijo, y añadió que la directora dijo tener reportes en contra de la alumna que estaba por expulsar, pero nunca pudo probar que estos existían, ya que no los entregó a la madre de familia. 

Padres y madres de familia en la comunidad aseguran que, aunque han llegado nuevas maestras y la directiva ha cambiado de titular, los abusos continúan y ocurrieron, por lo menos, durante los últimos 10 años. 

MONEY

Además de irregularidades escolares y agresiones contra estudiantes, la escuela resalta ante sus ex alumnos y padres de familia por una cuestión que preocupa por igual: el dinero. 

“Ella manejaba todos los apoyos y el apoyo del mantenimiento de la secundaria y el apoyo para reparar el centro comunitario, las becas, ella lo manejaba todo”, remarcó Juliana, madre de familia que narró cómo durante más de una década la maestra América Zamora gestionó el dinero que mandaba una organización caritativa para apoyar a la comunidad, pero el manejo de este capital fue tan irregular que “el dinero no llegaba a las personas y ella también manejaba incluso lo del comedor comunitario”. 

Tanto la Telesecundaria de El Vaquero, como en general la comunidad, han sido apoyados por una organización caritativa de Estados Unidos llamada Build a Dream, cuyo objetivo es “intervenir y brindar apoyo de becas para que los niños se queden en la escuela”, de acuerdo con lo que se puede leer en su página de internet. 

Build a Dream inició su proyecto caritativo en 2008 cuando apoyó a un niño de la Comunidad de El Vaquero; el proyecto creció a tal grado de ayudar a 69 estudiantes: 29 en el bachillerato, 26 en la escuela secundaria y 14 en la universidad. Sin embargo, pese a que esta es la información que muestra públicamente la organización, declaraciones de padres de familia y ex alumnos señalan que, durante los últimos 12 años, ese dinero podría haber sido manejado de forma irregular por la maestra América Zamora Pedraza. 

Según la página de internet de la organización estadounidense, 28 alumnos de la escuela Telesecundaria Emiliano Zapata debieron haber recibido todo el año escolar 2019 una suma mensual de 650 pesos por estudiante, esto sin contar con los apoyos universitarios (de 4 mil pesos de inscripción y mil 800 para manutención mensual durante nueve meses) que debían recibir 15 jóvenes y los apoyos de telebachillerato: todo en suma (tan solo en materia de becas) representa un total de 749 mil 600 pesos que la profesora América Zamora debió repartir entre el alumnado.

“Mi hija, cuando la maestra manejaba las becas recibía entre 100 pesos o 70 pesos, eso cuando recibía, pero a veces era castigada por cosas arbitrarias y le restringían la beca por seis u ocho meses”, dijo en entrevista Juliana, quien comentó que, bajo la dirección de la profesora América Zamora, las becas no llegaban enteras a los alumnos o simplemente se les restringían como castigo.

La madre de familia aseguró que su hija en una ocasión fue castigada por no haber sacado unos botes de basura y el castigo consistió en quitarle durante la mitad del ciclo escolar el apoyo caritativo para manutención que recibía de Build a Dream.  

La cancelación de becas como castigo no es algo nuevo en la telesecundaria de El Vaquero, pues según Javier, ex alumno, “las ayudas que nos daba la organización no llegaban a nosotros, el señor que las proveía con buenas intenciones confió en la maestra, les daba cierta cantidad para repartir en becas, pero a veces no nos daba nada de nada”. 

Pese a que las cancelaciones arbitrarias eran una manera en la que América Zamora retenía parte del dinero de los estudiantes, las entrevistas con ex alumnos revelaron que la directiva del Telebachillerato y Telesecundaria tenía otras técnicas para conseguir dinero de su población estudiantil: 

“En el Día de las Madres a muchos alumnos les vendía un adorno supuestamente como regalo, un adorno barato, pero luego les decía ‘tú no me lo pagues, te lo descuento de la beca’, y días después les inquiría ‘tú no me lo pagaste’ y no se los daba, pero eso sí, la beca se las recortaba”, comentó Paty en entrevista. 

De acuerdo con la ex alumna Paty, las retenciones de becas y recortes inexplicables que ejecutaba la maestra América Zamora a los más de medio millón de pesos que recibía de la caridad, no se comparaban con el “cinismo” con el que la profesora manejaba los apoyos de sus estudiantes: “En cierta ocasión, sin mentir, les daban 650 pesos mensuales, tal cual, pero hubo veces que entregó 50 centavos al alumno y todavía le hacía firmar una tarjeta donde el estudiante aceptara que recibió el apoyo”. 

Además de la rebaja a las becas de los alumnos, la maestra América Zamora también encontró en las necesidades de la Telesecundaria una excusa para recortar los apoyos caritativos: “Si un alumno se atrevía a preguntarle el porqué de que le faltara dinero, si es que le preguntabas, porque muchos ya la teníamos miedo, ella te decía ‘es que debes copias, y es que debes garrafones’ y era una tontería porque a la semana nada más teníamos dos garrafones para 40 alumnos y nos cobraban 20 pesos semanales por estudiante”, reveló Paty. 

Javier por su parte, recuerda como en los años que él estudio ni siquiera pudieron saber cuánto dinero en realidad debieron recibir como apoyo de la organización caritativa: “En ese tiempo a mí me daban 400 pesos, pero esa no era la cantidad que debíamos recibir, pero nunca supimos, porque la maestra no nos dejaba que nos comunicáramos con el jefe de la organización”. 

El “señor Wayne” como muchos ex alumnos y padres de familia lo conocen, es el presidente de la junta directiva de Build a Dream. 

“La asociación nos escribía, los donadores, y la maestra América nos decía que les escribiéramos de regreso, pero al momento de que nosotros le entregábamos la carta a ella, la leía y si se daba cuenta que habías puesto alguna cantidad de dinero o algo similar o agradeciendo la cantidad de dinero, te la regresaba y te decía que no podías ni preguntar ni saber de esas cantidades”, dijo un ex alumno que prefirió guardar su identidad en secreto. 

Paty habló por igual de todos los cobros que hacía la profesora América Zamora Pedraza a los alumnos, a pesar de que eran rubros que cubría la organización caritativa:

“Ella nos cobraba las cuotas de luz y agua, claro en muchas escuelas a los padres se les cobran, pero esas cosas deberían ya estar pagadas por el señor Wayne […] la inscripción a secundaría ya debería estar pagada también y la cobraba”. 

Señaló también que los apoyos caritativos que llegaban a manos de la docente debían cubrir también el transporte de estudiantes que no vivieran en la comunidad, pero quisieran asistir a la telesecundaria, sin embargo, ese gasto en transporte se convirtió en otro rubro para que la maestra realizara cobros injustificados.

En un tema similar, Juliana, como madre de familia, comentó que “por semana, tuviera o no tuvieras clases, lo tenías que pagar, 200 pesos a la semana”. 

La madre de familia señaló que, a pesar de que los alumnos tenían que pagar todas las semanas, usaran o no el transporte, había ocasiones que el autobús y su operador descansaban en “días festivos” y los estudiantes matehualenses tenían que buscar otra forma de llegar de la Telesecundaria; sin embargo, ese día festivo, tampoco se le condonaba al pago que tenían que hacer los alumnos. 

En la actualidad los alumnos que estudian en la Telesecundaria de El Vaquero han declarado que, a pesar de que debería estar subsidiado el transporte, se siguen haciendo cobros de entre 100 y 110 pesos semanales en materia de movilidad. 

Según padres de familia de las generaciones que cursan actualmente su telesecundaria y telebachillerato en El Vaquero, derivado de años de quejas y del mal manejo del dinero que mandaba la organización, Build a Dream decidió establecer y crear un nuevo patronato que se encargará de organizar y decidir todo lo referente a las becas escolares, reparaciones en los espacios y solucionar problemas relacionados con los suministros de agua. 

De acuerdo con una madre de familia, quien habló en entrevista anónima y tiene actualmente un hijo inscrito en el plantel, este patronato se creó sobre todo porque las quejas en contra de la maestra América Zamora comenzaron a pesar sobre la directiva de Build a Dream, 

Después de los casi 12 años de malos manejos del capital caritativo, no solo se estableció este nuevo mecanismo, sino que se comenzaron a entregar las becas completas a través de un sistema de tarjetas y se acordó que la recepción y gestión de los recursos fueran ajenas a la escuela. 

A pesar de que el patronato se creó con un ánimo renovador y para evitar que la maestra América Zamora se viera de nuevo relacionada con gestiones de dinero de la caridad, algunas madres de familia opinan que no se ha hecho lo suficiente y que el dinero de la comunidad sigue en las manos equivocadas: 

“El nuevo patronato que crearon es de pura gente cercana a la maestra (América Zamora), ella las tiene controladas, le cubren todas sus irregularidades, son tres personas las que van a manejar ese dinero y también pertenecen al comité de la escuela: una es la maestra Aida y otra se llama María Elizabeth Loera Vázquez y la otra es Ada Covarrubias, ellas son del comité, pero la señora Covarrubias ahora pertenecerá al patronato y el problema es que siempre han defendido a la maestra”, dijo una de las madres de familia entrevistadas. 

Cabe resaltar que para tratar el tema del nuevo patronato y las posibles irregularidades que se han cometido con el dinero de caridad en la telesecundaria Emiliano Zapata, Astrolabio intentó contactar con la organización Build a Dream, pero la mesa directiva de este grupo se negó a dar cualquier entrevista sobre el tema. 

Algo que los padres de familia y alumnos de la escuela Telesecundaria Emiliano Zapata nunca consideraron, es que el manejo irregular del dinero que recibía la comunidad de parte de Build a Dream no solo representaba una actitud arbitraria y sospechosa de la maestra América Zamora, sino que es una violación de la Ley de Educación del Estado de San Luis Potosí, ya que en su Artículo 28 dice que “Las personas físicas o morales podrán realizar donaciones y apoyos en favor de la educación, de acuerdo con las leyes aplicables”, y según Joel Ramírez Díaz Secretario de Educación de Gobierno del Estado, estas “leyes aplicables”, son claras en su operación y dictan que: “Las donaciones que reciben las escuelas de parte de organismos no gubernamentales las tienen que manejar los padres de familia”, aclaró el titular de la SEGE. 

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